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Yerin dejo escapar una ultima lágrima, era inútil tratar de contenerse por que sabia que si lo hacia su cuerpo no reaccionaria de buena manera. Dejo la carta caer dentro del buzón,un abundante dolor en su pecho se hizo presente.

Rogaba en sus adentros que la carta no llegara a su destinarío.

Se dio la vuelta y camino en medio de la noche por las calles de la enorme ciudad a la que se había mudado. Tenia la duda de si había hecho lo correcto en no decirle su paradero a ella. Pero después pensaba ¿Eso haría alguna diferencia?, desde su punto de vista sabia que a la menor poco le iba a importar.

Con sus ojos humedecidos se detuvo en medio de un callejón cuando noto la presencia de un vagabundo. Su expresión era nula,y ambos ya habían notado sus presencias. El vagabundo solo la miró de reojo y volvió a recostarse sobre la bolsa de basura en la que descansaba. Sin tomarle importancia a la chica.

Yerin pudo sentir cierta culpa que se mezclaba con pena, ese nuevo sentimiento ya lo había experimentado antes pero se le hacia raro que ahora mismo lo sintiera hacia un vagabundo.

Metió las manos en su bolsillo buscando un paquete de galletas que había guardado. Junto con esto saco un poco de dinero,no mucho pero lo suficiente para comprar comida. A paso lento se acerco al viejo,miedosa de que le pudiera saltar encima y hacerle algo. El vagabundo no respondió cuando Yerin estuvo lo suficiente  mente cerca de el, ella apretó el paquete con cuidado para que el vagabundo escuchara el sonido del paquete. Eso funcionó ya que salto en su lugar buscando a aquello que había sonado.

Yerin se lo entregó y el vagabundo no tardo en tomarlo,desesperado de probar las galletas que estaban atrapadas dentro del paquete color verde.

Dio unos cuantos pasos atrás,sintiéndose un poco mejor de haber ayudado a alguien. Se marcho de aquel callejón y camino por las calles sin rumbo alguno,aun no quería llegar a su casa.

Los recuerdos llenaban su mente,eran bueno que estaban acompañados de malos. Yerin no pudo evitar viajar por su mente ante el único recuerdo que le parecía digno de recordar.

Hacia un frío terrible,tanto que ella sentía sus huesos congelados. La tasa de chocolate no hacia efecto en ninguna parte de su cuerpo. Y aunque tener todos los abrigos que se le permitía poner,ninguno le daba un poco de calor.

Te resfriaste Yerin, te dije que no era buena idea salir a esquiar cuando llovía.

Oculto su rostro avergonzado sobre la mesa,rodeando su cabeza con sus brazos. Se dejo llevar cuando las pequeñas manos de su novia acariciaron levemente su cabeza.

Bueno, iré a comprar unas cosas,espero verte esta noche.

Se maldijo,¿Como pudo haber roto aquella promesa que significaba tanto para ellas dos?. Ese día conocería a sus suegros,toda la familia de Umji. Aquel día iba a ser la primera navidad que no estaría sola y fue así como termino,por su culpa.

— Umji..

Volvió a caer en su miseria. Prometió que iba a cumplir todo lo que su pequeña le ordenara y aquel "Olvidame" aun no podía cumplirlo. Le era imposible cuando ella se había convertido en vida,en lo mas importante que ella tenia. Se lamento no haberle dicho eso en el momento correcto.

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