#13 (Epílogo)

18.7K 1.2K 69
                                    

Calista negó con la cabeza, se retiró la blusa y la lanzó sobre el montón que comenzaba a crecer como iba midiéndose más prendas. Quería algo especial para esa noche, meses con Leo y las cosas eran perfectas, maravillosas. Especiales.

Ahora que convivía más con las hembras especies, por concejos y cuchicheos, supo que tenía que verse, no solo bien, si no espectacular. Dysis, su mejor amiga y ahora también de Leo, se encontraba con ella, siempre de boca suelta. Breeze y Erendi también estaban ahí, la primera porque se vestía muy bonita, para Calista, y la segunda porque quería ver.

— Creo que moriré de vejez sí sigues así. — comento Dysis, lanzándose con dramatismo a la cama. — ¿Saben? En estos momentos yo estaría trabajando en mi seducción con Torrent.

— ¿Te gusta el canino? — Breeze parecía en verdad sorprendida. Calista se fue al clóset, de lleno de metió para haber si de milagro había algo ahí. — ¿Por qué?

— ¿Qué “por qué”? Es ardiente, es fuerte y lo que he investigado coge rico, ¿necesito más puntos para ir tras él? No lo creo.

— Que yo recuerde a tu te gustaba el primate de ojos rojos. — comento Erendi, para después darle un beso a la mejilla regorta de Damara.

— No, no, no. Él solo prendió mis óvulos en llamas, Torrent prendió mis bragas y ¡Dios mío! Es tan ardiente. — se acostó boca abajo, suspirando dramáticamente.

Breeze se rió, negó con la cabeza y sonrió, las voraces eran unas pequeñas muy bravas. Se acercó a la hembra felina de dorada melena, era menuda y últimamente su cuerpo se había vuelto más robusto, pero sensual. Volteo a ver. Le tocó el hombro, Calista volteo y como siempre Breeze se maravillo con sus ojos, ¿cómo pudo esa pequeña voraz pensar que era una abominación?

— Te puedo prestar ropa mía, sí no tienes algo de tu agrado aquí.

— Eres muy grande y delgada, y tienes más pechos que yo. — Calista río bajo. — No creo que llené algo, tal vez si, pero no se verá bien.

— Yo puedo con ello. — Erendi entrego en brazos a Damara a Breeze, quien de inmediato se puso a jugar con la pequeña risueña. — Tengo un vestido que ya jamás me quedara, pero estoy segura que a ti si, antes de... Ya sabes.

— ¡Eres mi salvación! — Calista se lanzó a abrazarla. — Lo son, todas.

— Ya, no te pongas sentimental.

Un grito de parte de Dysis le saco un susto a todas, se voltearon y la vieron sosteniendo lo que antes eran unas bragas, ahora eran... Tiras de lencería azul. Calista se sonrojo de pies a cabeza y se lanzó a Dysis, queriéndome arrebatar aquello. No era su culpa que ha Leo le gustará rasgar ropas, toda prenda que le estorbara para llegar a ella.

→♥←

Leo gruño, asustando a machos que pasaban a su lado y los espanto sin querer, pero pues estaba nervioso. Calista había dicho que le tenía una noticia, que para decirle quería invitarlo a bailar y después de su compromiso estilo medio voraz, se lo diría.

Pero ya eran pasadas las diez y ni rastro de ella, ¿se habría arrepentido? No, su Calista no le haría eso. Tal vez se le olvidó, esa posibilidad era la más certera. Volvió su atención a la conversación que se llevaba en su mesa, cosa extraña, usualmente se sentaba solo. Pero en esa ocasión: Torrent, Jericho, Forest y el hermano de Erendi, habían decidido sentarse con él.

Y hacer la mesa la más escandalosa del lugar.

— ¡Pero esque no fue justo! — Forest golpeó en el brazo a Torrent, haciendo reír al canino.

Leo (Nuevas Especies #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora