Calma.

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CALMA

A veces la vida nos obliga a mantener casi quieto el cauce de nuestro río. A caminar más despacio sin arrastrar los pies pero sintiendo como se pega la tierra a la suela de las zapatillas que llevamos. Son momentos de mesura, de decoro, de apaciguamiento que se intentan disfrutar ¡pero cuánto se echa de menos la rebeldía!

Rompiendo el azul con los dientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora