Rompiendo el azul con los dientes.

Ante el hueco.

ANTE EL HUECO

Cuando el día desgrana sus virtudes

sobre los caminantes que buscamos el sol

como las flores que casi por arte de magia

llenan los campos de colores al llegar abril.

Cuando la rutina nos marca el camino

y dementes de ese hastío lo seguimos

sin un gesto que denote inconformismo o rebeldía.

Cuando el vehículo que me transporta

hacia pizarras sin tizas acelera

y me veo a mí misma

como una zombi atrapada en una selva de experiencias...

Entonces regresas del subconsciente

y transformas mi mirada en la de una demente

que no entiende de silencios,

en una mujer enferma de indiferencia

a la que la melancolía le da alas.

Y busco tu imagen proyectada sobre mi alma

que no ha cambiado con los años...

Y me recreo en ella como el pintor que mira

su obra expuesta en el mejor museo del mundo.

No existen palabras suficientes para expresar

cuanto te echo de menos

ni el sentimiento que tu vacío

sigue produciendo aquí dentro

cuando me paro

y caigo en la cuenta

de que sigues sin estar...