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Mientras nuestros ladrones huían con el dinero y el collar, otras cosas se cernían por la zona...

¡Por fin! Me han llamado para algo urgente. Podré ver un crimen de verdad, como se trabaja para descubrir a los culpables.

Aunque... ¿Cómo puede haber gente capaz de hacer esas atrocidades? ¿Son malas por genes? ¿Por qué tuvieron una vida dura? ¿Por venganza a algo o a alguien?
Por suerte, mi vida se podría definir como... Perfecta. Sí, perfecta.

Tengo el trabajo que siempre he querido, vivo con mi pareja y chicas vienen detrás de mí. No me puedo quejar.

Soy todo un adonis, un donjuán.

Y ahora esto, trabajaré en un crimen hecho por, ni más ni menos, los depredadores.

Astutos, rápidos y... Estúpidos. ¡Se juegan la vida cada vez que realizan algún crimen! Y si no se juegan su vida, se la arrebatan a los demás... Son sucia calaña, asquerosa y rastrera. Y lo peor es que les divierte hacerlo, disfrutan con las muertes que provocan.
¿¡Qué clase de persona se cree tan importante cómo para realizar semejantes atrocidades!? Ellos.

Con solo escuchar su nombre, ya me hierve la sangre. Como algún día los tenga delante, no seré piadoso. Cadena perpetua. No sin antes darles una pequeña... Reprimenda.

De pronto una furgoneta pasa por mi camino... Que matrícula tan curiosa, tiene 4 letras: LP 151 GA.

¿LP? Eso no es ninguna provincia de Italia que yo recuerde... Serán modernos de esos que se personalizan todo según su gusto. Mejor no darles importancia...

Llego al banco donde ha sucedido el robo. Esta todo rodeado de policías y personas curiosas de los edificios cercanos. Me tengo que abrir paso entre ellos hasta conseguir llegar a donde está mi jefe.

-¿Datos del robo?- le pregunto cuando llego.
-Nada de nada. Ven, quiero que mires que hay en el vestíbulo- me dice mientras pasamos los portones que dan al interior del establecimiento.

Oh, joder... Ya me habían informado que había sido una masacre... Pero esto es... Joder.
Hay víctimas por el suelo, la lámpara de araña que había colgada del techo está ahora en el suelo, rota en mil pedazos con guardias de seguridad... Muertos bajo esta.
También hay una estantería en el suelo, por un lateral se puede observar que hay alguien debajo... Pobre alma inocente...

-Joder...- es lo único que puedo decir... No tengo palabras para esta escena. Once personas asesinadas por el egoísmo de cuatro ladrones de tres al cuarto que no dejan una jodida pista nunca. NUNCA. Estos guardias no se merecían morir... Estaban defendiendo el dinero de otras personas con su vida... Joder. Solo por dinero...

-¿Alguna noticia nueva?- le pregunta mi jefe a un forense que examina el cuerpo de un hombre que ha sido asesinado de una estocada con un arma blanca.

El forense niega con la cabeza.
-Ni una huella, ni pista, ni nada- dice acercándose a otro cuerpo al que le han pegado un balazo en la cabeza y ahora está en un charco de sangre... Repugnante.
-¿Las balas no nos podrían dar una pista del arma que usaron?- pregunto agachándome y observando como el forense saca unas pinzas y una bolsa de plástico.
-A eso iba, chico- me dice mientras introduce las pinzas en el agujero que ha dejado la bala. Yo aparto la mirada, no puedo ver como retuerce las pinzas dentro de una cabeza humana para alcanzar el motivo de su muerte. Una bala.

Perla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora