Capítulo 12

1.3K 108 5
                                    



— ¿Quién es esa chica? La castaña de ahí.

— ¿Te refieres a Jennie? Su familia acaba de mudarse al barrio, es nueva en el instituto.

—Ah, eso explica por qué no me suena de nada...

— ¿Qué, Levi? ¿Te mola? Si quieres puedo decirle algo, está en mi clase.

Un Levi con un par de años menos se encogió de hombros, como dando a entender que le daba igual lo que le estaba diciendo su amigo, mientras observaba a esa chica nueva comiendo sola en el descanso entre clase y clase. Estaba tan concentrada en el libro que estaba leyendo que prácticamente le estaban dando igual los murmullos y miradas curiosas que los demás le daban.

Le pareció rara, bastante. Así que con un último vistazo decidió quitársela de la cabeza para volverse a centrar en la conversación que su grupo de amigos estaba teniendo.

Sólo era una chica nueva más.


....


— ¡Levi! No te olvides del ensayo de mañana.

—Que no pesado, vete ya a casa. —Se despidió de su amigo con un choque de manos amistoso y se dio la vuelta para poder regresar a su hogar tras aquel largo día de clases. Estaba deseando darse un buen baño caliente, comer cualquier cosa y jugar a algún videojuego hasta que no fuese capaz de mantener los ojos abiertos. Por suerte esa noche iba a estar solo en casa, así que pensaba aprovecharlo al máximo sin necesidad de que su madre estuviese pendiente de sus acciones cada dos por tres.

Giró la esquina que le conducía a su calle cuando la vio, la misma chica nueva de esa mañana. Se la veía tímida, quieta sin saber qué hacer ni a dónde ir, rodeada de dos tíos que parecía que estaban metiéndose con ella. Pobrecilla, acababa de llegar y ya se veía envuelta en un pequeño caso de acoso. Bueno, ese no era su problema.

Se encogió de hombros intentando mirar hacia otro lado para pasar de largo cuando la voz chillona de la castaña le llegaba a los oídos.

—Aparta de mí, tú sucio estúpido, te voy a patear la cara como no te quites.

Quiso reír del genio que tenía, ¿en serio se ponía así de chulita frente a dos chicos enormes que podían aplastarla en cuanto quisiesen?

Echó una mirada rápida hacia ella por pura curiosidad, viendo su ceño fruncido, su pelo totalmente despeinado del esfuerzo de querer irse, las mejillas rojas y la boca totalmente estirada, posiblemente intentando quedarse callada por no soltar algún comentario hiriente más que provocara a alguno de los chicos y le hiciese algo malo. Encima tenía una actitud dominante, poniendo las manos en puños como si estuviera dispuesta a pelearse para salirse con la suya.

—La chica tiene carácter, eso me gusta, genial.

La voz de uno de ellos no se hizo de esperar y prácticamente le dio una arcada, odiaba a los hombres que eran así y acechaban a las chicas como si fuesen de su propiedad y pudiesen hacer lo que quisieran con ellas.

Pero ese no era su problema.

No, no lo era, sólo quería irse a casa a descansar.

—Joder, que me ha pegado tío. Cógela, se va a enterar.

Y Levi giró los pies, se encaminó hacia ellos y paró el brazo de uno justo antes de que fuera a chocar con la cara de la chica, que había cerrado los ojos dispuesta a aceptar el golpe.

— ¿Nunca te han dicho que a las chicas no se les pega? — Se maldijo por haberse dejado llevar por los institutos y haberse metido en la pelea, pero ya no podía hacer nada, qué remedio.

—Oye, y a ti qué te importa. Vete y sigue tu camino. — Apartó el brazo de un golpe seco y miró de forma resignada al que acababa de hablar, no tenía ganas de pelearse con nadie. — ¿Levi?

—Genial, sabes mi nombre. Ahora si no os importa, ¿podéis seguir vuestro camino y dejar a la chica en paz? Creo que os ha dejado bien claro que no quiere irse con vosotros.

—Joder tío, no sabíamos que era tu chica, perdona.

—Sí, sí, como digáis. — Y los vio irse rápidamente antes de buscarse una buena bronca con él. En momentos así daba las gracias de ser ligeramente popular en el instituto, algo bueno tenía que tener.

Con el problema solucionado, se dispuso de nuevo a seguir su camino y volver a casa, tampoco es que le importara demasiado aquella chica, así que sin mirarla, se puso en marcha de nuevo.

— ¿Eres estúpido?

Escuchó una voz a sus espaldas y se giró levemente, viendo de nuevo a la castaña que lo miraba con una cara de muy pocos amigos.

— ¿Perdona?

—Que si eres estúpido. Por qué te metes en problemas que no son tuyos, lo tenía prácticamente dominado.

—Por supuesto, se te notaba. — Rodó los ojos y quiso irse de nuevo, pero ella ya lo había cogido del brazo. — Pero qué quieres.

Y se lamentó haber utilizado ese tono de voz tan brusco cuando la chica tenía sus mejillas algo coloreadas y miraba hacia abajo, mordiéndose de forma nerviosa el labio inferior.

—Gracias, estaba siendo muy molesto.

El tonó que empleó le descolocó bastante. Había sido dulce y tímido y Levi no supo por qué, pero le impactó.

—No importa, no me gustan esas situaciones.

—Hm.

Y ahora qué hacía. Ella no le soltaba, estaba callada, no le miraba tampoco. No sabía si preguntarle que le pasaba o simplemente zafarse de su agarre para irse de una vez por todas. Realmente esa chica era muy, muy extraña.

—Oye...

— ¿Qué?

—Es que me perdí y no sé cómo volver a casa.

Y Levi no pudo evitar soltar una pequeña carcajada ante la sinceridad de la castaña que acababa de conocer.

—Te acompaño, chica despistada.

—Oye, que soy nueva, es normal que no reconozca todavía bien por donde ando.

—Como sea. — Se soltó de su agarre y le hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera, a lo que ella, extrañada, lo siguió rápidamente.

— ¡Pero no te he dicho donde vivo! —Corrió un poco para ponerse a su misma altura.

—Bueno, pero yo quiero beber un café en aquella cafetería, así que si quieres que después te acompañe a casa, tendrás que venir conmigo y esperarme. Pero puedes tomar algo mientras también.

—Es la peor excusa que he oído para invitar a alguien a una cita. —La chica se rió en su cara y a Levi le costó bastante trabajo ocultar la sonrisa que se había formado en su rostro.

Definitivamente era una chica muy extraña. Pero bueno, él también lo era.


....


Porque recordar el pasado nunca viene mal, ¿verdad? Un besito y gracias por vuestras lecturas. ♥

Ese estúpido prepotenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora