Capítulo 1

5.8K 186 20
                                    

"Hola. Sé que te preguntarás qué es esto y quién soy ... solamente una idiota por no poder decirte esto a la cara y tener que ser por una triste carta pero necesitaba desahogarme de alguna forma posible. Me gustas. Me gustas mucho desde que te conocí. Sé que soy poca cosa para ti, un poco infantil, se me dan mal los estudios y soy algo irresponsable, además de que que no me ves como algo más que una amiga o compañera de clase pero no puedo aguantarme más esto que siento porque me gustas de verdad y ya no puedo hacer nada por evitarlo o intentar reprimirlo. Piénsatelo por favor, yo estaré esperando lo que haga falta, sea cual sea tu respuesta. Si no me correspondes lo entenderé perfectamente, pero al menos déjame ser tu amiga.

Mark, eres muy importante para mí.

—Jennie"

—A ese de ahí, el que tiene la camiseta de color rojo, ¿lo has entendido? —susurraba una castaña escondida tras una columna, mirando fijamente hacia un grupo de amigos que estaban a unos metros de ella, en cuestión al más alto de todos: ese moreno que había conseguido robarle el corazón en tan poco tiempo y al que por fin había decidido intentar declararse tras muchos rodeos y miedos.

—Me lo has repetido ya cientos de veces Jennie —suspiraba su amiga, Cathy – No conozco a ese chico pues no estoy en tu clase pero ¡no estoy ciega! Es el único que tiene esa camiseta, además creo que lo he visto varias veces cuando he ido a buscarte así que supongo que sé quién es. Déjame ir ya y acabemos esto de una vez – volvió a suspirar y se adelantó un paso, decidida a ir a aquella persona, siendo cogida de nuevo por su amiga y escondida tras la columna — ¡Ya! ¿Y ahora qué, pesada? ¿No quieres que le entregue tu estúpida carta de amor? ¡Jennie, aclárate!

— No, ¡espera! Espera Cathy, no, no puedo hacerlo y yo tengo mucho miedo. ¡Tú me conoces! Soy tan poquita cosa y él es tan popular, guapo y bueno en todo... —empezó a tartamudear la castaña, mordiéndose un poco la boca.

—Cállate ya. Pienso entregar esta carta porque tú a cambio me vas a dar el nuevo videojuego que ha salido así que ya no hay vuelta atrás, quiero ese juego y ya no me vas a detener por muchas inseguridades que te hayan entrado de repente —asintió y se zafó de su agarre para caminar deprisa hacia aquel grupo de amigos.

—Estoy perdida —suspiró nuestra protagonista – Mark es demasiado para mí y ni si quiera me considera amiga, simplemente es mi compañero de sitio en clase, soy idiota al pensar que pueda sentir algo más por mí pero es que ya no puedo evitarlo, lo quiero y quiero estar con él —agachó la cabeza apenada mirando al suelo —Ojalá tuviera al menos una oportunidad...

. . . . .

—El chico con la camiseta roja, el de la camiseta roja —Asintió Cathy y sonrió – No me puedo creer que la idiota de Jennie me vaya a comprar ese juego por hacer simplemente esto, ¡con lo caro qué es! Llevo pidiéndoselo a mis padres por meses y nada, qué idiota. —rió una vez más y se paró frente al grupo de amigos observándolos fijamente mordiéndose la boca – El chico de la camiseta... ¿azul? —inclinó una ceja volviendo a mirar a los chicos y centró los ojos en el único que vestía aquella prenda celeste, se encogió de hombros y se acercó a él tocándole el hombro.

—¿Quieres algo? —se giró aquel pelirrojo incomodando un poco a Cathy que agachó la mirada con algo de susto – Oye ¡que no tengo todo el día! ¿Vas a hablar? Estoy hablando de temas mucho más interesantes para que venga una niñita de la nada a interrumpirme y se quede ahí muda sin hacer nada. ¡Eh! ¿Me estás escuchando, niña?

—Levi, no deberías tratar a los más pequeños del instituto de esa forma —intervino una tercera voz, un chico alto y moreno con una camiseta roja que tras decir esas palabras miró a Cathy con amabilidad — ¿Necesitas algo?

—Yo... —suspiró Cathy y se armó de valor sacando la carta que le había dado su amiga, extendiéndosela a aquel chico con carácter difícil — Mi amiga quiere que te entregue esto. No le tomes en cuenta su cobardía, ella es así, un poco tonta. Como sea, que yo solo soy una mensajera, así que toma —cogió la mano de aquel chico pelirrojo y le puso la carta en esta, girándose después – Me marcho, suerte — puso mala cara y salió corriendo en la dirección por la que había venido.

—¿Carta? —alzó una ceja y miró el papel que había puesto aquella extraña chica en su mano, alzando la mirada para ver cómo se escondía detrás de una columna donde parecía estar tapado otra muchacha al que no podía ver bien la cara.

—Quizás sea una carta de amor Levi – rio un coqueto moreno que andaba algo más lejos mientras se acercaba a este, intentando quitarle la carta de las manos sin éxito alguno — ¡Mark ayúdame a cogerla! Tenemos que averiguar quién es. ¡Rápido!

—Quédate quieto, Josh —intervino aquel chico de rojo al oír como su amigo lo nombraba – es algo de Levi, no podemos meternos en su vida—cogió del brazo a Josh apartándolo del pelirrojo.

—¡Ya, Mark! —protestaba aquel chico con cara linda intentando forcejear con el más alto sin éxito alguno, alejándose más de su otro amigo.

—Qué pesadilla de hombre —suspiró el pelirrojo viendo marcharse a sus amigos y desdobló la carta comenzando a leerla, extrañándose cada vez más a cada línea que leía hasta acabarla — ...¿Mark? —alzó una ceja sin entender bien el asunto y volvió a mirar hacia aquella dirección por donde la chica se había marchado, empezando a entender todo aquel asunto, encontrándose por fin con aquella mirada asustada que tanto rato se había estado escondiendo tras la columna, sonriendo por lo que se le estaba pasando por la cabeza — Qué divertido va a ser.

. . . . .

—Cuenta, cuéntame cómo fue Cathy —se mordió la boca Jennie cogiendo del brazo a su amiga cuando la vio aparecer de nuevo – Sabes no me atreví ni a asomarme, me dio tanto miedo cruzarme con su mirada o algo, seguro que piensa ahora que soy un cobarde y una idiota —puso morros — ¡pero cuéntame ya!

—No grites, que estoy a tu lado. Le di tu estúpida carta ¿contenta? En este momento ya la debe estar leyendo así que vete preparando, tu príncipe azul no tiene muy buen carácter que digamos, no sé cómo te has podido fijar en él —suspiró Cathy.

— ¿Mal carácter? Pero si Mark es la amabilidad en persona, siempre me ayuda en todo, es bueno con todo el mundo, no le importa prestar sus cosas, enseñar a los demás en asignaturas cuando puede y también...

—¿Cómo lo has llamado? —le cortó la morena, un poco asustada con lo que se le estaba pasando por la cabeza en ese momento.

— ¿A quién? ¿A Mark?

—No se llama... ¿Levi? —susurró dándose cuenta de su error.

—¿Levi? ¿El idiota amigo de Mark que está en mi clase también? Dime que no estás hablando del líder del grupo de baile del instituto por favor...

—Pues... creo que yo... —entrecerró un poco los ojos y agachó la mirada intentando disculparse con ésto.

Jennie abrió mucho los ojos sin entender muy bien, intentando procesar aquello que le estaba diciendo. Giró levemente la cabeza para mirar donde estaban Mark y sus amigos y solo encontró la mirada de un pelirrojo algo divertido sujetando su carta de amor entre las manos, respondiéndole con una sonrisa sarcástica mientras le enseñaba aquel trozo de papel, dándole a entender que la había leido.

Jennie tragó despacio deseando que aquella fuera una mala broma o producto de su imaginación y se frotó los ojos para volver a mirar, encontrándose con la misma escena de antes.

—De todas las personas, tuvo que ser él... 

Ese estúpido prepotenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora