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Cuando llegó a la parada de autobuses alguien más se estaba yendo. Un chico de baja estatura con -lo que parecía ser- una vieja y gastada sudadera. Algo en él llamó su atención. Supuso que había estado esperando un buen rato.

Luego de cinco minutos llegó un autobús. Mark se levantó del asiento que ocupaba, pero en vez de subir, corrió detrás del joven de sudadera roja con la vaga excusa de avisarle sobre la llegada del transporte.

 Mark se levantó del asiento que ocupaba, pero en vez de subir, corrió detrás del joven de sudadera roja con la vaga excusa de avisarle sobre la llegada del transporte

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Un chubasco cayó cuando lo logró visualizar. No le tomó mucha importancia al hecho de que estaba parado bajo la lluvia, llenándose por completo de agua.

 No le tomó mucha importancia al hecho de que estaba parado bajo la lluvia, llenándose por completo de agua

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Por un segundo se arrepintió y pensó en volver, pero lo analizó. Uno, el autobús ya debió haberse marchado; dos, seguía al muchacho por el mismo camino que lo llevaba a su destino; y tres, si no se equivocaba, pasarían por una zona muy peligrosa.

La preocupación se apoderó de él, pese a no conocer al otro, tenía la necesidad de protegerlo.

Continuó avanzando a sus espaldas en silencio (no sabía por qué). De un momento a otro lo perdió de vista y empezó a correr de nuevo. Cuando lo alcanzó, el -aparente- castaño se detuvo.

Se agachó detrás de un cesto de basura (lo suficiente grande) al tiempo en que el chico del suéter volteaba

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Se agachó detrás de un cesto de basura (lo suficiente grande) al tiempo en que el chico del suéter volteaba.

Segundos después ocurrió lo mismo, solo que ahora se metió en un estrecho callejoncito donde se quedó atorado.

Intentó con todas sus fuerzas salir de allí al darse cuenta de que el encapuchado se había adentrado a aquel horrible lugar

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Intentó con todas sus fuerzas salir de allí al darse cuenta de que el encapuchado se había adentrado a aquel horrible lugar.

Con mucho esfuerzo -y dolor- logró salir, echando a correr de nuevo, porque, por tercera vez en el día, había perdido el rastro del castaño.

Dio varias vueltas por algunas calles, no debería estar tan lejos puesto que acababa de entrar y no hay muchas opciones para esconderse (por si acaso lo llegara a necesitar)

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Dio varias vueltas por algunas calles, no debería estar tan lejos puesto que acababa de entrar y no hay muchas opciones para esconderse (por si acaso lo llegara a necesitar).

En una esquina, cerca de un poste, divisó al chico -gracias al llamativo color de la sudadera-. Se apoyó en éste recargando su cabeza sobre su antebrazo, como si estuviera desfalleciendo. Detrás de él venían dos tipos corriendo.

Se convirtió en una persecución: el castaño siendo correteado por un par de vándalos y Mark intentando alcanzarlos antes de que algo malo ocurriera.

Se convirtió en una persecución: el castaño siendo correteado por un par de vándalos y Mark intentando alcanzarlos antes de que algo malo ocurriera

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El Chico de la Capucha RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora