Los siguientes veinte minutos caminaron tratando de esquivar al mayor número de personas posible, aunque eso no les impidió llenarse mutuamente de preguntas.
-¿Cuántos años tienes?- comenzó el castaño.
-Veintitrés.
-Oh, yo tengo diecinueve. Y... ¿Adónde vas? Dijiste que queda cerca del hospital.
-A trabajar. ¿A qué vas al hospital? ¿Estás enfermo?
-No. Iré a ver a mi abuela; al parecer se cayó en el baño.
-Lo siento por ella.
-No lo sientas tanto, a veces creo que es inmortal la anciana.
-¿La odias?- preguntó Mark medio en broma.
-Para nada. La amo, creo que incluso más que a mi madre. Ella la convenció de dejar que me tiñera el cabello. Desearía que de verdad fuera inmortal.
En ese momento, al pelirrojo se le ocurrió algo.
-¿Cuáles son sus flores favoritas?
-¿De quién?- se mostró confuso Kunpimook.
-De tu abuela, ¿qué flores le gustan?
-¿Para qué quieres saber?
-Tan sólo dímelo.
-Ok. Eh... Las rosas y los lirios blancos. Adora los lirios.
-Bien. Gracias, por cierto.
-¿De nada?
Discretamente, el mayor mandó un mensaje con la información recién obtenida.
Obtuvo una respuesta positiva casi inmediata.
Ninguno hablo más. Estaban a punto de salir de los barrios bajos, pero el universo no se encontraba de su lado en esos momentos.
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El Chico de la Capucha Roja
Short StoryEspero que tengan internet (o mínimo datos) para leer esta... cosa, porque los van a necesitar. Atte: la nada sensual CapoperLoca710 :D PD: Las imágenes y gif's utilizados en el siguiente texto literario (ah khé?) tienen poca -o ninguna- relación co...