708 81 8
                                    


Corrió al oír pasos detrás de él y se ocultó tras una de las paredes al costado de la edificación.

-Sal de tu escondite, mariquita.

-Si no sales, nos des1quitaremos con tu novio.

En la desesperación, alcanzó una piedra de entre los escombros cercanos a él y la lanzó en dirección contraria de donde se encontraba.

En la desesperación, alcanzó una piedra de entre los escombros cercanos a él y la lanzó en dirección contraria de donde se encontraba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ambos tipos se apresuraron a ir en busca de su víctima.

En un movimiento veloz, BamBam se acercó nuevamente a Mark, fallando una vez más en intentar hacerlo reaccionar. Lo tomó por los brazos y rápidamente le arrastró hasta el lugar donde había permanecido escondido segundos antes.

 Lo tomó por los brazos y rápidamente le arrastró hasta el lugar donde había permanecido escondido segundos antes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Le dio ligeras palmadas en la cara para despertarlo y, para su suerte, funcionó. Lentamente abrió sus ojos.

-¡Oh, creí que no despertarías!- en un impulso, Kunpimook abrazó al pelirrojo por el cuello, dejándolo desconcertado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¡Oh, creí que no despertarías!- en un impulso, Kunpimook abrazó al pelirrojo por el cuello, dejándolo desconcertado.

-¿Qué me pasó?

-Te golpearon en la cabeza y ahora tienes una herida que, por lo visto, ya ha dejado de sangrar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Te golpearon en la cabeza y ahora tienes una herida que, por lo visto, ya ha dejado de sangrar.

Jaló la manga de su sudadera cubriendo su puño y limpió la herida de la cabeza de Mark, a la vez que limpiaba las de su mano.

-La estás ensuciando- le detuvo el mayor.

-No importa. Es mejor esto a verte la cara toda roja- le sonrió reconfortándolo.

Se levantaron del suelo y lentamente se alejaron rodeando el edificio. Unos metros más y estarían fuera de ese lugar.

 Unos metros más y estarían fuera de ese lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Chico de la Capucha RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora