XVIII. Grito

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Harry;

Nuestra primera noche consiste en caramelos y fuego. Ella está sentada en la silla mientra yo lanzo la ultima pieza de madera dentro de la pila que hicimos. Pateé un poco de tierra alrededor de la fogata y me sentí satisfecho cuando se veía bastante decente. Las rocas circundantes que encierran las flamas me aseguran que esto probablemente permanecerá bajo control. Espero.

"Hey, tienes un encendedor o... ¿lo haremos al estilo picapiedra?" Alexis pregunta entretenida desde la silla mientras ata sus rizos atrás. La miro con una sonrisa apenas visible.

"Nah, me sentaré aquí tres horas tratando de impresionarte," replico, caminando hacia ella y dando un toque debajo de su barbilla. Estruja su nariz con una juguetona sonrisa en mi dirección.

Me inclino hacia delante, inicialmente voy a besarla, pero me da un empujón ligeramente en el pecho y dice, "Prefiero tener malvaviscos derretidos en mis labios."

"Grosera," murmuro, aunque no puedo ocultar mi diversión. "Supongo que no vas a recibir ningún abrazo esta noche."

"Noooo," se queja. "No puedo vivir sin ellos."

"Bueno, te lo mereces. Está será la última vez que hieres mis sentimientos," resoplo, dando media vuelta y excavando dentro de mi bolsillo en busca del encendedor. Tomo una pieza de madera y procedo a encender la pequeña fogata.

Una vez que lo termino, tomo mi propia silla y me siento mientras Alexis continúa mirándome, se forma un sonrisa en su rostro cuando se da cuenta que mi pequeño acto no durará mucho tiempo. La miro rápidamente, frunciendo el ceño.

"Olvidaste los malvaviscos."

"¿Eso es todo lo que te preocupa? Bien... ve a acurrucarte con los malvaviscos."

Alexis no dice nada. Presiona sus labios juntos intentando esconder su diversión mientras se levanta y lo más probable es que vaya por los malvaviscos. Luego regresa con el kit de "malvaviscos derretidos" que Francis nos prestó. Aparte él expresó un anhelo de deshacerse de el.

Mi silencio la entretiene y yo lucho contra una risa cuando deja caer un par de dulces blancos en el suelo cuando abre la bolsa plástica. Me sorprende cuando se sienta en mi regazo e inmediatamente olvido mi pequeño acto de diversión, ahora envuelvo mis brazos alrededor de su cintura. Apoyo mi cara en la parte posterior de su camisa, sosteniéndola fuertemente.

"Oh, ¿ahora serás todo delicado?" pregunta, tatareando.

Sonrío debilmente y susurro con voz ronca.

"No te importa, ¿verdad?"

"Hmm, ¿cómo podría?" Alexis murmura suavemente, riendo cuando la estrujo un poco y ataco cada lado de ella con las puntas de mis dedos, con buenas intenciones. Apoyo mi espalda en el respaldo y suspiro mientras ella empieza a asar su malvavisco.

El sonido de las hojas que se mueven y el crujido de las ramas hacen que la atmósfera de la noche sea un poco más acogedora.

Un cálido viento fluye y despierta un poco más el fuego. Es muy relajante.

"Suena como el momento perfecto para contar algunas escalofriantes historias de hoguera," Alexis sugiere, tiene un ligero humor como acento con cada palabra que dice.

Juego con la mezclilla de sus shorts, jalando el flequillo de la tela que se ha desgatado y rasgado. "Hmm, tengo una. Es sobre la noche que pensé que mi habitación estaba embrujada y me oriné en todas la sábanas de mi cama."

Alexis suelta una risita y pregunta, "Aw, no. ¿Cuántos años tenías?"

"¿Seis? ¿Siete?... como sea, estaba muy seguro de que mi habitación estaba embrujada, me aferré a mi madre y me negué a dormir ahí. El recuerdo hace que el vello de mi cuello se erice," Le explico en voz baja, tratando de sonar aterrador. "Se oían golpes en la puerta, porrazos debajo de mi cama... eso fue... traumatizante."

"Oh por favor," suelta una risita. "Eso es tan --"

"¡Shh!" la silencio rápidamente. "Escucha. Una noche, estaba sola en mi habitación. Las luces apagadas. Mi madre olvido encender mi luz de noche, y no había manera en el infierno para que me levantara de esa cama. Algún tipo de monstruo me arrastró debajo de mi cama."

Ella titubea, las punta de mis dedos trazan ci}írculos y espirales sobre la suave piel de sus muslos. Seguí contando en voz baja mis traumatizantes historias de oscuridad y fantasmas.

"Y esa misma noche, sentí que jalaban mi sábana hasta el final de mi cama. Fue un tirón suave al principio, pero yo estaba completamente despierto. Así que, sabía que era un hecho que no fue solo una pequeña coincidencia. Fue el monstruo," susurro delicadamente en su oído, y ella sonríe vagamente. Mi cuerpo esta apoyado contra su cuerpo ahora, mis manos descansando sobre sus muslos.

"¡Fue lanzada en un flash!" exclamo, y ella ríe fuerte, aunque no paro de contar mi ridícula historia. Las puntas de mis dedos se clavan ligeramente en su piel, silencio, una ronca voz haciéndolo incluso más ridículo aún. "Hubo un golpe, y de repente... una corriente de calor viajo a través de mis sábanas."

"Estaba... terriblemente... orinado encima," termino rápidamente, y Alexis no puede parar de reír. "¡La orina no se detenía!" grito, inclinándome nuevamente. "¡No se detenía!" digo exhalando."Yo gritaba y suplicaba que la micción terminará con el traumatizante flujo de eventos, pero simplemente no se daba por vencido!"

Continuo, "¡No, orina! gritaba."

Alexis ríe fuertemente, lanzando su cabeza atrás en total, y completa diversión. "¡Esa!" exhala. "¡Fue una historia emocionante y conmovedora!" afirma mientras aleja su último malvavisco del fuego.

"Lo sé," digo sonriendo.

El chispeante fuego y nuestro silencio es pacífico por un tiempo. Ella me ofrece un poco de malvavisco, pero me niego, aunque se vuelve y empieza a alimentarme, abro mi boca mientras introduce el caliente dulce entre mis labios, y justo cuando pienso que voy a probar el malvavisco, rápidamente lo aleja y coloca sus labios sobre los míos.

Un rápido pico es lo que recibo antes de que meta el malvavisco en su boca y lo coma. Elevo mis cejas y ella susurra, "Ha."

"Wow, ¡que inmadura!" la acuso con mi rasposa voz, fingiendo enojo. Mi mano abofetea mi muslo en falsa irritación.

Alexis ríe y se vuelve así que ahora sus piernas están perpendiculares hacía mi. Espero por mi "bien merecida" atención, y sonrío descaradamente mientras su nariz roza con la mía. Estoy satisfecho cuando sus labios tocan los míos. Inmediatamente, profundizo el suave beso.

Una de mis manos está sobre su muslo, trazando un camino arriba y abajo de su delicada piel. Siento la suya subir hasta mi barbilla. Nuestros labios se mueven sin esfuerzo sobre los del otro, y entre más nos tocamos, más me tiento a hacerlo.

Su descaro hace su aparición cuando se mueve y se coloca completamente a horcajadas sobre mi cintura. Gimo suavemente ante sus acciones, el sonido es amortiguado por su boca. Mis manos no dudan en continuar vagando en su piel, moviéndose lentamente para no hacerla sentir incómoda.

Aunque ella siempre está por delante de mi. Sus brazos se envuelven fuertemente alrededor de mi cuello, sus labios se separan y aprovecho el momento para deslizar mi lengua por su labio inferior, la suya interfiriendo con la mía. Mis manos permanecen en sus muslos, separándome un poco para respirar.

Mordisqueo mi labio inferior, inhalando profundamente mientras mis ojos se encuentran con los suyos. Esos hermosos ojos colo avellana que vi por primera vez cuando Liam me empujo por alguna broma estúpida que le hice.

Alzo mi mano para alejar uno de sus sueltos rizos de su rostro, suspirando para mi mismo antes de enterrar mi cara en su cuello. Eventualmente, siento sus manos correr por mi cabello. El calor del fuego empieza a extenderse y yo deseo ir a dormir.

Alexis se aleja solo para mirarme. Murmura suavemente, "¿Estás bien?"

Simplemente muevo mi cabeza, mi voz es rasposa cuando murmuro, "Solo cansado, cariño."

"Bien, vamos," sugiere, levantándose de su lugar en mi regazo. Su mano toma la mía, un gruñido resbala de mis labios mientras me levanto perezosamente de la silla. 

Después de apagar el fuego, observo cuidadosamente hasta que parece seguro regresar a la tienda.

*

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1996 [h.s] español TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora