1996 [h.s] español TERMINADA

XXIII. Todo lo que tengo

Alexis;

Raramente sigo mi propio instinto. Probablemente porque nunca tengo que tomar grandes decisiones. Todo estaba dado y hecho en mi vida y simplemente me sentaba sin ninguna objeción. Me despierto entre las cálidas y descoloridas sábanas florales de la habitación en la que he pasado la mayor parte del verano. Desde la noche pasada, no puedo quitarme el agotamiento que me arrastra a dormir cada vez que trato de ser productiva.

¿Productiva, cómo? No tengo nada que hacer aparte de ser mimada por Nonna. Ella me trae comida y té caliente todo el día. La ama demasiado y aprecio su preocupación, pero no quiero preocuparla. Suspiro pesadamente y froto mis ojos, lanzando las sábanas mientras apoyo mis pies descalzos sobre el piso de madera.

La primera cosa que hago es darme una ducha, chorros de agua fría corren sobre mi piel helada hasta que se vuelve caliente. Sorbo un poco, dejando que el vapor se pierda entre el aire mientras la rigidez de mi ojos disminuye. Luego me visto, la misma rutina de siempre. Enorme camiseta y un par de shorts azules de algodón.

Bajo las escaleras un minuto para ver a Nonna durmiendo en el sofá, el control remoto sigue firmemente aferrado a su mano. Sonrío ligeramente ante su apariencia. Cabello gris sobre su rostro, boca abierta mientras ronca fuerte. Mis labios se presionan firme mientras me preparo un sándwich en la cocina porque estoy muy floja como para hacer comida. Tampoco me siento con ganas de limpiar después.

El sándwich esta medio hecho cuando suena el timbre de la puerta. Me pongo rígida de inmediato, mientras camino con cautela hacia la ventana. Por un segundo me convenzo de que es Harry, y mi corazón palpita en mi garganta con nervios y ansiedad. No quiero verlo, pero al mismo tiempo quiero verlo dar todo para disculparse y hacerme caer de nuevo en su cariño. Pero no puedo ser tan ingenua. Ya no más.

Con un vistazo distingo el pelo largo que pertenece a Myra. Suspiro con alivio y camino hasta la puerta principal. Cuando balanceo la puerta abierta, la preocupada expresión facial de Myra se enfrenta a la mía, y cuando de inmediato observa mi complexión pálida y mis bolsas cansadas debajo de mis ojos, me abraza instantáneamente. Apretándome firmemente, un montón de disculpas y "estás bien" corren a través de sus labios.

La agarro de los brazos, tirándola de encima de mi. Me mira cuidadosamente, sosteniendo el contacto visual con cada segundo que hablo. "Estoy bien," murmuro con una suave risa.

"Eso no puede ser verdad," afirma suavemente. "No con la manera en que las cosas terminaron la última vez. Siento no haber venido en seguida, yo sólo...mi madre--"

Sacudo mi cabeza. "No tenías que hacerlo. Además, realmente no quiero hablar con nadie."

Myra asiente en silencio, y nuestra conversación desaparece en un incómodo silencio. Eso hasta que ella muerde su labio y suelta, "Lo siento por Harry. Él...no es bueno...en no arruinar las cosas."

No se como responder, así que sólo asiento gradualmente. "No tienes que defenderlo," digo suavemente. "Nadie debería hacerlo. Sólo desearía que él no hubiera...." Me trago el doloroso bulto que se formó en mi garganta, sintiendo un familiar escozor en mis ojos. Hice bastante de eso anoche, pero tengo más para llorar.

"Fue un movimiento estúpido," esta de acuerdo conmigo. "Pero no puedo soportar ver que las cosas salgan así."

Parpadeo rápidamente, tratando de deshacerme de las lágrimas mientras evito que mis ojos se encuentren con los suyos. Sintiéndome más cómoda rompiendo el contacto visual trato de luchar contra estás lágrimas que tan obstinadamente se apresuran por mis mejillas. Mis labios se separan e intento decir algo, eventualmente mis cejas se fruncen y estoy a punto de romper en llanto. "Me siento... ¿usada?"