Capítulo 27

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Capítulo 27

Otabek

Actualidad, Rusia

Días más duros no había tenido. Ni siquiera cuando su hermana había perecido en el atentado ni cuando su padre enfermó. Tampoco lo fueron aquellos primeros meses luego de irse de casa, cuando era él sólo contra el mundo.

Porque ahora las cosas sólo tenían que ver consigo mismo. Con su interior.

¿Quién hubiera dicho que mudarse a San Petersburgo sería tremenda montaña rusa de emociones?

Otabek no sabía a quien echarle la culpa. Si a Viktor por aparecerse en sus sueños, si a Yuri por aparecer en su vida, si a JJ por arrastrarlo allí, si a él mismo por aceptar, si al destino por simplemente darle esa vida. Todos parecían tener su cuota de participación.

Desde que había visitado a Celestino que lo sabía muy bien. Había intentado no darle importancia, pero aquello no había funcionado.

Has reencarnado en Viktor. Eres un alma renacida. El simple pensamiento le daba escalofríos. Pero era la cruda verdad, puesto que no había más explicaciones para aquello.

Estás aquí para completar los asuntos pendientes de Viktor. No lo arruines.

¿Cuáles eran esos asuntos pendientes?

Su Yuuri. Y mi Yuri.

Lo dejaba alucinando pensar en aquello. Habían pasado décadas, habían sido separados por kilómetros, y aquí estaban. Hoy y ahora, Yuri y Otabek, mano a mano. Tendría que haberlo sabido cuando su corazón revoloteó aquel día en la Academia cuando chocaron, literalmente, sus caminos. El día que los sueños habían empezado.

El destino los había unido ahora, y Otabek no era quien contradecir sus sabias decisiones.

Pero ahora Yuri estaba desaparecido. Recordó su propia desaparición y concluyó que los dos eran las dos caras de una misma moneda. Impredecibles, impulsivos, intratables. Eran dos lobos solitarios y lastimados que no habían sabido en un principio como comportarse alrededor del otro, si ser compañeros o amenazas. Y habían escogido ser compañeros, por muy fácil que hubiese sido ser enemigos y rivales.

Yuri Plisetsky es como el mar. Profundo, misterioso, con un efecto calmante, hermoso.

Lo quería tanto. No sabía si eran sus emociones o las de Viktor. No le importaba. Otabek estaba seguro que no importa cuántas veces el envase cambiara, el contenido siempre amaría al alma de Yuri. Y lo más hermoso de todo, es que en todas las vidas que tuviese, él aprendería a amarlo una y otra vez como si fuera el primer momento

* * * *

Viktor

1945, Alemania

Aquel era el fin de la guerra. No era como Viktor esperaba. Las calles de Berlín estaban cubiertas de júbilo por parte de las tropas aliadas, pero los alemanes miraban con ojos aterrorizados el derrumbamiento de sus mundos.

Es casi como en Hong Kong.

¡Cuánto había pasado ya desde Hong Kong! Un lugar lleno de maravillas y horrores. Dónde había amado y odiado.

Dónde había estado con Yuuri Katsuki. Lo había besado, tocado, querido. Dónde había visto su sonrisa y sus brillantes ojos por última vez.

¿Qué ha sido de ti, Yuuri? Era una pregunta que lo azotaba en las madrugadas y mañanas. Japón todavía no se había rendido, pero no faltaría mucho. Tan sólo esperaba que el chico hubiese sobrevivido hasta entonces y finalmente tuviera la vida que se merecía. En este mundo nuevo, que pronto vamos a construir todos.

Hasta que los días nos unan otra vez [Viktuuri/Otayuri] - YURI ON ICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora