Equipo Incomprensible

4. Misterio casi resuelto.

El resto de la semana se basó simplemente en una aburrida rutina, lo típico.

Era viernes, habíamos estado trabajando durante muchas horas y nos merecíamos un descanso.

-Yo creo que todo está listo- habló Zack, juntando sus cosas.

No podía quejarme, por suerte, todos lo habíamos hecho bastante bien, sin ningún problema y cumpliendo con lo pedido.

-Sí- di un suspiro- Todo está genial, hicimos un buen trabajo, supongo.

-¿Supones? Tendremos la mejor calificación del salón- bromeó Jared, quien sorprendentemente le había dedicado tiempo y esmero al deber.

-Tranquilo, de tanto decirlo podría no pasar y tú serás al que vamos a culpar-. Luego de que Chloe dijera eso y yo le diera la razón, abrió sus ojos sorprendida y una carcajada se escapó de sus labios- Oh, no me había dado cuenta que era una rima.

Intentamos no reír demasiado fuerte, ya que bueno, estábamos en la biblioteca. Zack ya se había ido.

-Nos vemos el lunes- los saludé levantándome de la silla y tomando mi pequeña mochila color beige.

-Adiós.

De camino a la salida, me detuve de repente. Pensé, me negué, pero volví a pensar. Así que sí, retrocedí un par de pasos y me escondí detrás de una larga estantería. Y como era de esperarse, Jared y Chloe caminaban con seguridad hacia el final del lugar, en un completo silencio.

Di media vuelta y sin tener ganas de pensar en algo más, me marché.

(...)

Por fortuna, no tenía nada que estudiar, ni resolver, ni practicar, ni trabajar para el colegio. Era un milagro, pocas veces sucedía.

Me puse a pensar que haría durante el fin de semana, mientras dejaba mis cosas sobre el escritorio blanco en una esquina de mi habitación. Recordé, que la fiesta de Sarah se aproximaba, para el día siguiente con exactitud. Sí o sí debería asistir, no tenía otra opción. Me gustaban las fiestas, aunque no mucho. Si hablaba con sinceridad, no asistía a ellas con frecuencia y era en pocas en las que la pasaba bien como había mencionado la vez anterior.

Weston entró a mi cuarto. Hablamos durante mucho tiempo.

-Entonces, ¿te veré en la fiesta de Sarah mañana?- preguntó.

-¿Irás?- al decir eso, la voz de Connor se hizo presente en mi mente con las siguientes palabras: "No contestes una pregunta con otra." Solté una risilla.

-¿De qué te ríes?- frunció levemente el ceño.

-Nada, nada. Algo que recordé- me calmé-. Como te decía, ¿vas a asistir?

-Todo el equipo irá- se encogió de hombros-. Además, ¿quién se la pierde? Te aseguro que será el tema de la semana siguiente.

-Es de esperarse- hice una pausa-. Y sí, claro que me verás allí. Lamentablemente...

-Oye, ni que fuera la primer fiesta que vamos juntos.

-Lo sé. Por eso- señalé y su semblante se tornó serio. Volví a reír.- Es broma.

(...)

La noche del sábado había llegado, era estrellada y cálida, sin dudas era "perfecta". La casa de Sarah era enorme, más bien era una mansión. Y claro que era de esperarse.

Llevaba un simple vestido blanco con encaje, corto y acampanado. El de Sarah era azul y ajustado, con pequeños brillos plateados que lo adornaban.