5. Excluida.

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Aunque habían pasado tres días, aquel sentimiento aún seguía atormentándome. No sabía si definirlo como una sensación de frustración o de decepción. ¿Decepción de mi misma o de los demás? Probablemente ambas.

Sí, aún pensaba en aquel incómodo asunto de la fiesta. Al parecer, las palabras de Chloe habían tocado justo en mi punto más débil, causando un lío dentro de mi, lleno de extraños sentimientos.

La situación empeoró la semana siguiente.

-¿Qué te parece helado?- le propuso Amy a quien estaba hablando por su móvil-. En el sitio que quieras.

Siguió respondiendo y dejé de escuchar la conversación, pues me había concentrado en leer mis mensajes de texto.

Cuando su llamada finalizó, me atreví a preguntar:

-¿Y con quién andas haciendo planes?

Su semblante entró en un estado de nerviosismo, lo que noté al instante. Se quedó callada unos segundos, seguramente debatiendo en su mente qué decirme.

-Pues- comenzó a decir-, era Loren. Dijo que podría quedarme en su casa esta noche, ya que sus padres saldrán y no le agrada mucho la idea de quedarse sola al cuidado de su hermano.

-Oh- me limité a decir.

No volvimos a tocar el tema.

Pero la verdad fue que yo sí, en mi conciencia. El día entero. Una nueva incomodidad había entrado a molestarme.

«Entiendo la situación pero, ¿qué había de malo en decirme a mí también? ¿Desde cuándo se juntaban sin avisarme?» me preguntaba una y otra vez en mi interior.

Sarah tenía planes esa noche, con Christian. Nos lo había hecho saber unos días antes. Pero estaba muy segura de que si ella hubiera estado libre, probablemente también pasaría la noche con ellas. Entonces, ¿cuál era el problema conmigo? Si es que lo había...

(...)

Mi día había empeorado aún más cuando mi café se cayó sobre mi blusa azul durante el receso. Aparte de haber estado súper caliente, dejó una enorme mancha sobre ella.

Me limpié como pude, lo más veloz que pude, pues el timbre acababa de sonar y era hora de entregar el trabajo práctico grupal.

Llegué dos minutos tarde, pero por fortuna pasé desapercibida ya que el profesor de Geografía no había llegado aún. Entró unos segundos después, con una libreta en sus manos y disculpándose por su tardanza. Sonreí internamente. «Por fin algo bueno en mi día.»

Lo primero que hizo al sentarse, fue llamar a cada uno de los grupos para que le dieran lo pedido. Cuando fue nuestro turno, Chloe se levantó de su lugar y tendió un brazo para dejar el trabajo impreso sobre el escritorio del profesor. Habíamos decidido que ella sería la encargada de tenerlo y llevarlo el día indicado. Se volvió a sentar y giró en mi dirección. Jared estaba un puesto adelante mío, por lo que nos dedicó una mirada a ambos. Zack estaba a mi derecha también.

Aún no me atrevía a mirar a Chloe. Así que me obligué a mantener mis ojos posados en la pizarra. No le había dirigido la palabra a ninguno de ellos desde entonces.

(...)

Entré justo a tiempo al salón de Literatura. La profesora Stone venía unos pasos detrás de mí, así que me apresuré. Me senté en mi lugar asignado para esa clase, junto a Connor. Tampoco había hablado mucho con él.

-Hey- dijo animado.

-Hey- contesté en un tono más bajo.

-Buenos días- habló la profesora antes de llenar la pizarra de ejercicios dándonos a entender que tendríamos mucho que hacer.

Equipo IncomprensibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora