Capítulo 55

1.1K 78 11
                                    

  – Me encanta como suena eso.

– ¿Hace mucho que despertaste? – pregunté mientras le acariciaba su mejilla.

– Como diez minutos, te ves tan hermosa dormida, tan pacífica.

– Tú me das esa paz – aseguré acariciando ahora sus labios – ¿qué hora es?

– 8:15 – respondió y luego besó mis dedos.

– Hora de levantarse.

– Sí, ¿quieres bañarte primero?

– Estaba pensando que... podríamos bañarnos los dos.

– Esa idea me fascina.

Nos levantamos y entramos al baño, nos lavamos los dientes. Después dejamos correr el agua de la bañera y mientras salía caliente nos besamos, luego nos colocamos debajo de ésta y nos enjabonamos el pelo mutuamente, él a mí y yo a él, nos enjuagamos y luego él tomó la esponja y comenzó a restregarme la espalda, bajó a mis piernas, me giré y me lavó los senos, el abdomen y los brazos, posteriormente yo hice lo mismo con él. Una vez que terminamos nos abrazamos y nos besamos bajo el chorro de agua tibia, la sensación era maravillosa, excitante, pero sabía que nos esperaban y no intenté nada más ni él tampoco. Cerré la llave, él tomó una toalla, me secó, y luego yo a él también.

Salimos y nos vestimos, yo me puse una camisa ligera y unos pantis, él también una camisa y un pantalon. Me cepilló el pelo y yo a él, sin decirnos nada, era un momento mágico en el cual las palabras salían sobrando.

Cuando terminamos bajamos con las manos entrelazadas. En el comedor estaba toda la familia y me enterneció tanto ver que George le estaba dando fruta a Mainly en la boca, quien estaba encantada de que su marido la consintiera.

– Buenos días – dijimos Simón y yo al mismo tiempo.

– Buenos días, hijos – respondió Paulett con una tierna sonrisa.

– Vaya, pensé que no se levantarían a tiempo, par de... tórtolos – exclamó George.

– Amor, es muy temprano para que empieces a molestar – dijo seria Mainly

–Cierto, mi hijo no debe enterarse de las travesuras de sus tíos – señaló mientras le acariciaba el abdomen – aunque quizá pronto podrías tener con quien jugar – añadió

Mainly tomó un trozo de piña con el tenedor y se lo puso en la boca a George mientras todos nos reímos. Simón y yo nos sentamos en una orilla de la mesa, frente a Rose y William que se veían nerviosos.

– ¿Listos para el gran momento? – les pregunté.

– Sí, más que lista – respondió Rose entusiasmada.

– Yo también, aunque la verdad, tengo un poco de nervios – exclamó William

– Es comprensible, pero estoy segura que les va a ir muy bien, se ve que se adoran.

– Eso sí, esta hermosa niña me conquistó desde la primera vez que la vi.

– Y tú a mí, osito, nunca imaginé pasar mi vida con alguien más.

– Sha la la la la la – empezó a tararear George  la canción Historia de amor.

– No nos critiques – dijo Rose y le sacó la lengua – o te grabo dándole de comer a tu esposa y lo subo al Youtube para que te vean tus seguidores – agregó riéndose.

– Pequeña malévola, no serías capaz.

– Sabes muy bien que sí, no me retes.

– Tranquilos chicos, discúlpalos Adele, creo que les dimos demasiada libertad de niños y por eso ahora se comportan así – aclaró Josh.

¿Estás libre esta noche?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora