Stellarium (En Revisión)

Capitulo Veinticinco: Vale amicus

Maghdiel

Despierto, Tamara y Evan están viéndome fijamente, tienen una cara de susto, veo que Tamara me está diciendo algo que no logro escuchar, parece que solo esta balbuceando, veo como abre sus labios una y otra vez, me agita, poco a poco comienzo a recuperar el oído.

- ¡Maghdiel ¿te sientes bien? ¿qué te sucede? háblame, Maghdiel! – me agita mientras me lo dice.

- Estoy bien – logro articular.

Evan me ayuda a levantare, lo hago lentamente, en el momento que ya estoy de pie Tamara me abraza yo también la abrazo.

-Deja de darme esos sustos. - me dice.

- Perdóname. – respondo.

- ¿Por qué te desmayaste? - me cuestiona.

- Tal vez fue por el esfuerzo. – contesto.

- Creo que ya no importa, importa que ya despertaste y estas bien

Nos quedamos un momento en silencio, me despierta la vista que tenemos de la ciudad, los edificios y casa más lujos quedaron en donde estaban los barrios más pobres. El sitio donde estaba la población de altos recursos quedo casi igual, el único cambio es que toda la ciudad se expandió.

- Recuerden que tenemos que volver, es día de escuela. Casi son las siete, falta menos de una hora para entrar. - nos dice Evan.

Tamara y yo nos dejamos de abrazar, volteo y trato de hallar la forma de decirle a Elián que me entregue su brazalete (los neurotransmisores ya no son unas calcomanías sino brazaletes), sé que si se rehúsa esto no terminara bien; no importa si él no quiere entregármelo solo debo desactivar su armadura, el problema será darle el puñetazo a la altura del pecho.

- Claro, no entiendo porque te preocupas si estamos en el modo de Refractio, también... - dejo la frase incompleta, después de unos segundos continuo. - Quiero decirte que necesito que entregues tu brazalete. - se lo digo lentamente sin embargo sé que no reaccionara bien.

Se queda inmóvil, no sé qué reacción esperar, de nuevo hay silencio; su rostro empieza a tornarse con furia.

- ¡¿Por qué?! - exclama con enojo.

- Tú sabes la razón. – respondo.

- ¡No te lo voy a entregar ¿Qué hice para que tomaras esa decisión?! - grita con más furia.

- Deja tu papel de idiota, sabemos que robaste información y que tú ayudaste a implantar un virus informático en el sistema de Lánua Caeli.

- ¡Eso es mentira!

- Ya no puedes hacer nada, deja de mentir, dame el brazalete.

- ¡No lo hare, no me lo vas a quitar!

- No pienso hacer esto por las malas.

- ¡Es Claro que no tendrás otra opción porque yo no pienso entregártelo y menos después de que prometí levarlo para estudiarlo y hacer copias!

Lo que dice me enfurece, solo pienso en que lo voy a destruir.

Comienzo a correr, al igual que él, toma la postura adecuada para taclearme, me freno y me pongo firme sin embargo no sirve de mucho, caemos al suelo, me coloco sobre Evan, trato de sujetarlo sin embargo el me da un puñetazo justo en la cara; me empuja y se coloca sobre mí, forcejeo con él para para quitármelo de encima.

- ¡Ya basta, tranquilícense! - grita Tamara.

Me quito a Elián de encima, me pongo de nuevo sobre él; le doy unos cuantos golpes en la cara, se llena aún mas de rabia y con fuerza me empuja con los pies, caigo hacia atrás, Evan se levanta y yo también me levanto, nos ponemos en guardia.

- ¡Deténganse ya! - vuelve a gritar Tamara.

Veo que le revente el labio a Elián y le está saliendo sangre. Se limpia con el dorso de la mano derecha, lo mira después me vuelve a dirigir la mirada.

- ¿Es tu mejor golpe? - me dice con un gesto burlón.

-Creo que no, veamos que tienes. – respondo.

Avanza hacia mí, tira un puñetazo en dirección a mi estómago, siento el impacto, retrocedo ante el dolor, el avanza, esquivo sus golpes y de nuevo le doy en el rostro y en su descuido mi puño acierta en su esternón, Evan queda sofocado y su armadura y su brazalete se desintegran.

Trato de recuperar el aire; los minúsculos fragmentos de la armadura y el brazalete están flotando, parecen pequeños cristales.

Cuando ya me he recuperado, alzo mi mano derecha con la palma abierta hacia arriba, en ese momento el brazalete vuelve a tomar su forma en el viento, sobre mi mano lo tomo, lo aprieto y aparecen cenizas en su lugar. Evan tiene una cara de impotencia.

Voy llegando a la escuela, mi mamá no ha parado de hablar acerca de lo que hicimos (por supuesto ella no sabe que los que hicieron esto fuimos yo y mis amigos), está muy exaltada.

Estamos frente a la escuela, y realmente no puedo creer que es donde estaré estudiando, pues nos quedó muy bien, trabajamos mucho en sus modificaciones, por fin tendremos buenos salones además de laboratorios...

Me encanta que nos enfocáramos en hacer buenos detalles a las escuelas, me da mucha curiosidad como se verá desde mi salón la ciudad.

Cuando entro y veo la explanada de la escuela quedo sorprendido, es mejor de cómo lo imaginaba, quiero ver mi salón de clases. Tengo que tomar uno de los elevadores (de cristal), después de todo está en piso treinta o mejor dicho en el último piso.

Evan

Todos creen que lograron detener sus problemas, pero no es así, ya logré recrear Stellarium, pronto Maghdiel y los demás lo sabrán, solo que todo será a su debido tiempo, pero ansió que llegue ese momento porque no imagino la expresión de todos cuando descubran que aún no ganan.