Capitulo Sesenta y Cuatro

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Tu recuerdo hace que el sol en mi interior vuelva a nacer...

Me remontas a un dulce paraíso...

Y desde el desierto, despierta esa voz que me hace recordar ese oasis a tu lado...

Maghdiel

Este día me siento un poco nervioso, Anghela sabe sobre lo que comencé a hacer como un simple proyecto de la escuela, el problema es como le voy a decir que ya lo hice funcionar, se va a molestar bastante conmigo por no haberlo dejado como una simple fantasía que a pesar de haber tenido ese comienzo se le pueden dar muchos usos beneficos el reto son las malas intenciones de muchas personas, eh ahí la razón de la molestia de Anghela.

Pensando en ella ya se tardo en salir, se supone que saldría hace 10 minutos, pero ¿qué se puede esperar cuando una mujer va a salir de paseo? solo me queda esperar en el auto a que salga, debido a que si vuevo a bajar de el y comienzo a platicar con sus padres el que hará que se pierda el día sere yo, sus papas son personas interesantes, de esas con las que puedes hablar de cualquier tema, expresar tus opiniones y si no están de acuerdo hacen un análisis y llegas a un punto neutro o a una concordancia.

Vuelvo a mirar el celular para checar la hora, y solo ha pasado un minuto que me parece eterno. "De ahora en adelante no llegare puntual por Anghela" digo en mis adentros. Me pongo a jugar con en mi celular y después de un rato escucho el barandal de la casa cerrarse, reacciono para ir por Ann pero es "tarde" porque ya se encuentra abriendo el auto; entra, se acomoda y al final cierra la puerta.

- Perdona la tardanza amor, comenze a arreglarme un poco tarde, ya sabes deberes de la casa y la escuela. - se disculpa y posteriormente me da un beso en la mejilla que me hace sonreír de sobremanera.

- No hay problema solo la siguiente vez no llegare tan puntual, para pues coincidir contigo, así llego saludo a tus papás y hermanos, para después salir y esperarte en el auto. – le digo y volteo a verla. – Además ese beso estuvo muy simple. – agrego para después acercarme y besarla levemente en los labios.

Ella suelta un suspiro y una pequeña risa.

- Eres muy cursi en ocasiones ¿sabes? – me dice.

- Lo sé pero realmente te encanta porque de no ser así, ya habrías dicho algo. – le respondo.

- Supongo que si...- contesta dejando un silencio agradable.

Después nos acomodamos bien en los asientos y nos colocamos los cinturones de seguridad y pongo en marcha el auto. Después de un par de minutos de partir de su casa comienzo a conversar con ella.

- ¿Y a donde quieres ir hoy, al café que te conte o a jugar bolos? - le pregunto y ella queda un poco pensativa.

- La verdad hoy tengo ganas de conversar contigo, hace dos semanas que no nos vemos y bueno se que es por las ocupaciones de cada uno, pero esta vez senti que fue demasiado tiempo. – me responde dejando salir un suspiro al final.

- Tranquila, procurare como hace dos meses el vernos mínimo tres días a la semana. – digo para calmarla.

- ¿Y tu empleo, y la universidad, y tu entrenamiento? – me cuestiona.

- No importa, tal vez ya solo vaya una hora a entrenar y ya el próximo semestre tendré menos materias, será mas fácil. – le respondo.

- Esta bien, siempre y cuando no descuides nada. – me contesta con alegría en su voz. 

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Queridos amigos lectores, gracias por seguir la historia.

Si observan este capítulo se aleja de la línea temporal, pronto se aclarara todo y podrán acomodarlo bien.

Nos leemos en el siguiente capitulo.

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2019 ⏰

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