Stellarium (En Revisión)

Capitulo Treinta y Dos

Elián

-¡Elián, estas bien!- exclama mi mamá al verme.

-Sí, yo también te extrañe. Debo ir por mi computadora a mi cuarto, es urgente.- le respondo.

Nos dejamos de abrazar y corro hacia mi cuarto, tomo mi laptop también un par de USB donde tengo copias de los archivos de Stellarium.

Los meto en una mochila y regreso a la sala. Entre tan rápido que no me percate que Anghela y Damián estaban aquí.

-Damián, Anghela ya debemos irnos.- les dice Maghdiel.- Idalia debe ponerse este brazalete por su protección.- le comenta a mi mamá.

-¿Por qué?- le pregunta mi mamá.

-Mamá solo hazlo, ye debemos irnos.-le respondo.

-Te acabo de ver después de cinco días y ya te vas.- me contesta.

-Te llamare pero todos nos debemos de ir.- respondo.

-Está bien, solo cuídense mucho.

-Lo haremos mamá.- finalizo.

Le doy un abrazo muy fuerte, Odett también se despide. Mamá se pone el brazalete; salimos, nos subimos al auto, Ben pisa el acelerador, recorremos unos diez metros. Se abre un portal, lo cruzamos y ya estamos en Lánua Caeli.

Bajamos del carro, caminamos hacia la entrada, cruzaos la puerta; Maghdiel activa el mecanismo de seguridad. Nos vamos al elevador, subimos al piso cuarenta y seis.

-Maghdiel aquí traigo mi computadora y las USB donde tengo copias de los archivos de Stellarium.- le digo.

-Perfecto solo hay que analizarla, debemos ver si nos pueden rastrear con ella y debemos eliminar toda la información que tiene.- me responde.

Suena el ding del ascensor, se abren las puertas; todos nos esperan. Anghela y Emmerson se dan un abrazo (aun no supero lo que siento por ella). Maghdiel y Tamara también se dan un abrazo.

-Pensé que los iban a atrapar.- le dice Tamara a Maghdiel.

Iris me toma por sorpresa, se cuelga de mi cuello yo me agacho y ella me besa. Todos empiezan a hacernos bulla.

-Y eso ¿Por qué?- le digo a Iris.

-¿Por qué va a ser?- me responde y nos volvemos a besar.

Nos quedamos viéndonos a los ojos.

-Que bien guardaste el secreto.- dice Castalia.

-Lose.- le contesta Iris.

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Iris y yo estamos sentados en el comedor de su "departamento"

-Nunca dijiste nada ¿Por qué?- le digo a Iris

-Por miedo además me partiste el corazón cuando desertaste.

-Lo lamento, pueden confiar en mí. De ahora en adelante los ayudare a resolver este desastre que yo mismo cree.

-Lose, jamás vuelvas a hacer eso.

-Entendido, jefa.- le digo y suelto una risa burlona. Ella también se ríe.

"Demasiadas sorpresas para un día" me digo.

Iris y yo seguimos conversando, también nos sentamos en una sala de estar a ver una película. Todo resulta satisfactorio.