Capítulo 7: El hombre más importante de mi vida.

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Hace nueve años.

-Prométeme que seremos amigas por siempre y que nunca me lastimaras.- dijo mientras se mecía en el columpio.

-Ya te lo he prometido como mil veces.- dije con indiferencia mirando como mis pies colgaban en el aire.

Zoe volteo a verme con sus penetrantes ojos azules que solo demostraban preocupación.- Lucia hablo enserio.

-Yo también hablo en serio. Tu no crees en mi promesa.- dije molesta.

-Si pero...- su mirada era triste. - Esto es muy importante para mi. Quiero que me lo vuelvas a prometer.- le Sonreí.

Mis padres se conocieron desde la preparatoria, ellos y sus otros dos amigos eran inseparables. Humberto mi padre, se enamoró de Diana mi madre. Sus amigos Enrique y Wendy eran novios como ellos. Ellos estudiaron en la misma universidad, mis padres y Enrique estudiaron la misma carrera, ellos soñaban con ser abogados muy importantes, mientras que Wendy decidió estudiar diseño gráfico. Pasaban sus días enteros juntos, y en cuanto terminaron su carrera mis padres se casaron, Enrique y Wendy decidieron esperar ya que ellos querían tener una maestría, y consideraban que el casarse sería una distracción, mis padres quedaron en que ellos continuarán preparándose y que su matrimonio no sería un obstáculo. Unos meses después de que aquella decisión, Wendy se enteró de que estaba embarazada, así que Enrique decidió que ya era hora de casarse. Wendy no pudo terminar su maestría por concentrarse en su embarazó, ellos tuvieron una niña, a la cual llamaron Zoe Carter Akerman. Un año después mis padres me tuvieron, y para ese entonces cada quien tenía su propio despacho de abogados, Enrique quiso asociarse con mis padres, pero mi padre Humberto decidió mantenerlo como un negocio familiar junto con mi madre.

Tres años más tarde mi madre decidió dejar de trabajar para centrar su vida en mi. Para mí, mí padre era como un héroe, jugaba conmigo todo el tiempo, me leía todos los cuentos que yo quisiera y no importaba que tan cansado llegara del trabajo, siempre tenía tiempo para mi. Zoe y yo nos criamos juntas, éramos como hermanas, Zoe desde pequeña era muy terca, cuando se le metía una idea a la cabeza no había poder humano de hacerla cambiar de parecer, además de ser caprichosa y un tanto envidiosa, siempre que mis padres me compraban un juguete ella quería el mismo o que yo le diera el mío, solía enojarse cuando yo tenia un vestido más bonito que el de ella. A pesar de eso, se que siempre ha tenido muchas cualidades, en el deporte ella siempre ha sido la mejor, ganando premios de fútbol o de carreras, era muy fuerte y por eso siempre me defendía cuando las niñas me querían hacer daño, incluso cuando mi mama me regañaba me protegía, siempre hacíamos campamentos juntas. Solíamos ir al parque Waterfall Garden con nuestros padres y jugábamos en los columpios mientras ellos charlaban. Cada que íbamos me hacía prometer lo mismo.

-Esta bien. Las veces que sean necesarias lo haré.- Me baje del columpio y me coloque frente a ella tomándola de las manos.- Zoe, prometo.- coloque una de mis manos sobre mi corazón y cerré los ojos.- Que siempre serás mi super mejor amiga y que nunca de los nunca te lastimare.- Abrí los ojos y sonreímos.

Aliviada contestó.- Gracias. Yo también lo prometo.

Solo tenía ocho años, todo era posible para nosotras. Pero entonces me enfrente a la realidad y me di cuenta de que las promesas no siempre se pueden cumplir. Por más fuerte que sea tu fuerza de voluntad, las personas a tu alrededor lo arruinaran. En este caso, nuestros padres.

Un año después de aquella promesa mi padre empezó fracasar en su despacho, el presupuesto era menor y se encontraron problemas de mala administración económica, la popularidad que antes tenía se fue esfumando hasta llegar a la quiebra. Mientras que Enrique, se había asociado con otros empresarios haciendo que su bufete creciera y se volviera más próspero. Mi padre terminó siendo un simple abogado, aunque no lo aceptara, estaba muy celoso, se la pasaba renegando de todos su problemas, quejándose de las deudas que había adquirido y llegó a culpar a mi madre por dejar de trabajar a su lado.

Esto definitivamente no es Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora