-Bebé. ¿Bebé? ¡¿Bebé?!-seguía cuestionando mi tío sin parar de repetir la misma palabra.
-Oiga, No hay ningún "bebé".-dijo Sally con voz pasiva pero mi tío estaba tan loco que no la escuchó.
-¡¿Es por eso que le mandas cartas, Even?! ¡¿Por qué está embarazada?!-Los ojos llenos de terror de mi tío se posaron en mí.
El entrenador le había explicado toda la conversación que habíamos tenido en el gimnasio, así que estábamos en el aula del director que era más monótona y aburrida que los infomerciales.-¿Qué cartas?-preguntó, Melissa, la psicóloga escolar sin entender mucho.
Todos la ignoramos y yo me decidí por hablar.
Realmente me sentía bastante tranquilo porque estaba más que seguro que el bebé del que tanto hablaban era solo producto de su mente y; si es que había algún moustro de esos en la panza de Sally, a los que les llaman bebés, no era de mi pertenencia definitivamente.-¿Puedes tranquilizante? No hay nada en esa panza...Bueno, sólo la gran hamburguesa que comió en la cafetería.
Sally me miró mal.
El hombre que casi que estaba por morirse de un infarto, clavó los ojos en Sally otra vez.
-Lo que dice él. No hay ningún ser humano futuro aquí-dijo ella dándose palmaditas
Ahora Melissa estaba más confundía que antes.
-¡QUÉ NO ESTÁ EMBARAZADA! ¡Ni siguiera somos algo! ¡Tengo dieciséis!-inteneté aclarar ya con mi paciencia agotándose.
-Bueno, Even...eso no justifica nada, hay chicas que a su edad...
-¿Ya nos podemos ir?-pregunté cansado por la incómoda conversación que estábamos teniendo sin razón alguna.
-¡No! ¿Qué fue esa conversación en el gimnasio?-bramó mi tío haciendo que yo me quedara estático en mi asiento.
-Noah siendo más idiota de lo normal, Señor.-explicó Sally con simpleza para luego tomas sus cosas y largarse de la sala.
Ya con un tío más tranquilo, salí de la oficina con paso rápido para alcanzar a Sally pero me di cuenta que me esperó apoyada en los casilleros de enfrente.Me acercó y tomó del brazo para que ningún alumno de los grados mayores nos oyera, puesto que estuvimos hablando con mi tío más de veinticinco minutos, ya había tocado el timbre del segundo receso.
-Alístate.-dijo.
Yo la miré con el ceño fruncido.-¿Para qué?
-Even, recuerda que toda la clase nos escuchó hablar sobre mi estúpido embarazo que no es real. Tardamos media hora en convencer a los profesores de que no era verdad, imagínate con nuestros compañeros. Ellos creen que es cierto, Ev.
Si te molestaba que nos tomaran como noviecitos, ahora prepárate mentalmente porque ahora hay un bebé entre medio.-las últimas palabras de Sally me dieron un escalofrío que me trajo a la realidad: convencer a Rob y a Melissa fue fácil pero ¿Ahora? ¿Con 35 chicos que se creen hasta el más pequeño chisme?-Creo que tú tendrías que prepararte por que la que tiene un bebé eres tú. -dije riendo para ablandar la situación.
-No, Ev. Yo no fui quien escribió casi 36 cartas explicando porqué no le gustaba alguien solo para que no lo molesten con esa persona. No me importa lo que digan de mí, aunque sé que a ti sí, demasiado, diría yo.
Hubo un minuto de completo silencio y cuando quise decirle algo, Sally se alejó.
Salió por la puerta delantera del instituto con su cabello revolviéndose gracias al viento, dejándome con la palabra en la boca.
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¡A Sally Brooks le gusta Even! ✔
Historia Corta➳ Aún estabamos en primavera cuando ese rumor se dispersó por todos los pasillos del instituto Lane Adams. ¡A Sally Brook le gusta Even!-decía el gran grupo de chicas frente a la puerta del gimnasio justamente cuando yo, Even Clark, caminaba tranqu...