Capítulo 4.

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Claro ¿Cómo pudo ser tan idiota? ¿Cómo no pudo imaginarse que Ryoga se aprovecharía de una situación así? Si él sabía que su "amigo" también estaba enamorado de Akane desde hace mucho tiempo ya «Pero que canalla» pensaba Ranma, se sentía tonto, más que eso ¿Cómo pudo dejar a su Akane triste y a merced del desgraciado de Ryoga? Sentía la sangre hervir, la ira correr por todo su cuerpo, apretó los puños y los dientes evitando perder la cordura.

–Ryoga ayudó mucho – siguió hablando Ukyo – la verdad es que sin su ayuda no hubiéramos logrado hacer que Akane-chan se sintiera bien – esas palabras le dolían demasiado al joven Saotome, no era posible que ese cerdo hiciera que Akane se sintiera bien, no era posible, y por un momento sintió miedo ¿Acaso Ryoga fue su remplazo? ¿Habría logrado hacer que Akane se enamorara de él? De inmediato borró esa idea de su cabeza, no podía soportarla, esa simple idea le destrozaba el alma. No pudo evitar que a su mente el recuerdo de aquella vez que Ryoga le propuso matrimonio a Akane y él sintió el miedo de perderla, ese miedo que actualmente estaba sintiendo.

Flashback:

Despertó gracias a un fuerte golpe en la cabeza, miró a su alrededor para ubicarse y vio como sus compañeros lo miraban expectantes, después posó su mirada al frente y encontrándose con el profesor de matemáticas mirándolo claramente disgustado por haberse dormido en su clase. El educador ordenó que saliera del aula entregándole tres cubetas llenas de agua que claramente debía cargar como parte de su castigo. Ranma las tomó y sin que nadie se diera cuenta miró a su prometida y la notó distraída, cosa que no le cayó para nada en gracia pues sabía que había una enorme posibilidad de que estuviera pensando en la proposición de su amigo de la pañoleta. Molesto salió del aula y se paro junto a la puerta, colocó una de las cubetas sobre su cabeza y las otras dos las tomó una con cada brazo.

–Todo me ha resultado mal este día, parece que un gato estuviera cerca – se quejó molesto.

La campana de la iglesia sonaba mientras se veía salir a una joven pareja recién casada, hacían su trayecto hacia el coche que aguardaba para llevarlos lejos de ese lugar, todos a su alrededor aplaudían entusiasmados y sacaban fotos de los ahora esposos. Akane caminaba un poco apenada con la vista fija al piso pero con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro mientras que Ryoga miraba hacia el frente con orgullo sostenido del brazo de su esposa. El joven Hibiki miró de reojo hacía la derecha encontrándose con su ex rival en el amor, detuvo su paso y su esposa miró hacia donde él hacía.

¡Ranma ¿cómo estás?! – exclamó sonriente, el joven de la trenza se veía claramente mal, con las ropas sucias y rotas, notoriamente desnutrido, tanto que sus huesos se marcaban en su piel de sobre manera, sobre todo sus pómulos, a duras penas podía ponerse de pie por lo cual tenía que sostenerse de un palo, en fin el pobre chico estaba hecho un guiñapo.

– A... ka... ne... – gimió él mirando a la chica con una gran tristeza en los ojos, Ryoga lo miro burlón y cerró los ojos con una sonrisa socarrona.

– No te habíamos visto desde que Akane y yo nos comprometimos y te echaron de la casa de la familia Tendo – soltó una pequeña y maliciosa risa – pero te ves muy bien, despreocúpate de Akane ella y yo seremos muy felices – dijo y posteriormente estrecho a su esposa entre sus brazos la cual correspondió sonriente – cuidare de ella, nos estableceremos y tendremos familia – subieron al coche rojo y Ryoga miro hacia atrás donde Ranma observaba atentamente – ¡Adiós Ranma! ¡Adiós! – exclamó mientras se despedía al joven ojiazul con la mano y soltaba una maliciosa carcajada.

– A-Akane... - exclamó Ranma con lagrimas en los ojos – ¡Akane!

La cubeta que estaba sobre su cabeza cayó empapándolo con el agua fría, al instante se convirtió en una bella y pequeña pelirroja, parpadeó perpleja y suspiró con alivio.

Love Panic! [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora