Capítulo 6.

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Los resplandecientes rayos de sol entraron por la ventana dándole en la cara, Akane se revolvió entre las cobijas y apretó ligeramente los ojos, al abrirlos miro su alrededor desconcertada pero rápidamente recordó estar en la casa de la cocinera de okonomiyakis, se sentó de golpe y la busco con la mirada, no pudo evitar sentirse apenada cuando logró ubicarla pues mientras ella se encontraba muy cómoda descansando sobre la cama, Ukyo yacía durmiendo en un futón en el suelo, en su rostro se reflejaba el cansancio e incomodidad mientras mantenía el ceño levemente fruncido, aquella pena que sintió al principio la joven peli-azul aumentó cuando a su cabeza vinieron imágenes del día anterior: la noticia, la película y las dos ocasiones de llanto, la segunda hasta quedarse dormida. Sintió un fuerte pinchazo en el pecho al recodarlo «Ranma viene en camino» se dijo a sí misma mientras notaba como su respiración se entrecortaba y sentía sus ojos humedecerse una vez más, rápidamente apretó sus ojos con fuerza, ya no quería llorar, y después de sacudir su cabeza – como si eso espantara el recuerdo de su prometido – miró nuevamente a la chica de orbes turquesa e hizo una mueca de frustración «Ay Uc-chan, de seguro te la pasaste en vela, procurando que estuviera bien» pensó, echó un vistazo hacia el reloj de la pared, marcaba las 06:05 am, era demasiado temprano como para comenzar a prepararse para la escuela y por lo menos debía dejar que su amiga durmiera un poco más, lo merecía, la tomó en brazos y la colocó sobre la cama arropándola.

– Menos mal que tienes sueño pesado ¿eh Uc-chan? – rió levemente, recogió las cosas del piso y se dirigió a su maleta, sacó un conjunto deportivo y se vistió con él, tomó las llaves de su amiga, se fue a la parte baja del lugar, se puso los tenis y salió. Al cerrar comenzó a hacer unos estiramientos para calentar y se dispuso a correr como todas las mañanas, sabía que le vendría bien, pues el ejercicio usualmente hacia que sus penas se le olvidasen.

En la casa Tendo el joven de la trenza se encontraba en su futón recostado leyendo uno de sus mangas que se había dejado cuando se fue de ese lugar, el reloj marcaba las 06:05 am, sabía era demasiado temprano para que él se encontrase despierto, pero para ser sinceros no había dormido en toda la noche, y es que el simple hecho de recordar que faltase poco para reencontrarse con la chica de cabellos azulados hacía que su respiración se dificultara y su corazón latiera rápidamente, ahora hay que imaginar lo mucho que perturbaba su sueño, miró el reloj por decima vez, tenía una idea un tanto descabellada pero que acabaría con esa extraña sensación de una vez por todas: saldría a correr. El joven Saotome bien sabía que todas las mañanas su prometida hacía lo mismo y por suerte la había acompañado un par de veces, así que sabía con exactitud los lugares por donde lo hacía, él saldría a correr con la esperanza de encontrársela por el camino, no le importaba a echar a perder el plan de anoche, quería verla lo antes posible.

Se vistió de una forma cómoda, se dirigió al portón de la entrada y comenzó a hacer unos cuantos estiramientos, estaba casi listo cuando escucho el suave trotar de alguien, giró la cabeza hacia su izquierda y alcanzó a divisar una silueta un tanto distorsionada debido a la neblina matutina, aún así le pareció un tanto conocida, ésta se aproximaba a un paso firme y pronto la visión se hizo más clara dejando ver a la bella jovencita de cortos cabellos azules y hermosos ojos chocolate, esa por la que había pasado esa y demás noches en vela, él se quedó estático y la miró perplejo, ella que también lo había visto, paró en seco incrédula y lo miró con mayor detenimiento, claramente sorprendida.

– Ran... ma – dijo casi en un susurro pausadamente, estaba nerviosa, sentía su corazón latir a mil por hora y le sudaban las manos.

– A-Akane – Contestó, sin apartar su vista de ella, miró sus ojos aunque sorprendidos preciosos como siempre, se dio el lujo de perderse en ellos, sintió un hueco en su estomago y después revolotear algo, estaba nervioso, muy, muy, muy nervioso.

Love Panic! [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora