Acerca de ti

Capítulo 2

Victor sintió que algo se removió en su estómago, cuando escuchó a su novio nombrar a ese desconocido.

—¡No puedo creerlo! ¡Tanto tiempo, Yuri! — exclamó sorprendido el hombre y abrazó al mencionado.

Los rostros de Victor y Yurio se deformaron ante tal acto, pero no dijeron ni hicieron nada al respecto.

—¡Reiji! ¿Cómo has estado? —preguntó Yuri, muy sorprendido.

Reiji Furukawa era su nombre, tenía el cabello café y corto, sus ojos eran cafés, más claros que los de Yuri y era unos tres centímetros más bajo que Victor.

—Muy bien, tengo mucho que contar, ¿y tú? Vi la transmisión del Grand Prix Final de Barcelona, estuviste increíble.
—Gracias —dijo avergonzado y se volteó a mirar a Victor y a Yurio, quienes lo miraban sin expresión, Yuri se tensó.
—Ellos son Victor Nikiforov y Yuri Plisetsky —los presentó.
—Un gusto conocerlos, Victor-san, Yuri-san —saludó Reij, su vista se dirigió a Yurio—. Tú también estuviste increíble —dijo, sonriendo.
—Gracias, lo sé —contestó Yurio, lo cual tensó a Reiji y volvió a mirar a Yuri.
—Quién diría que el gran Victor Nikiforov que siempre admiraste terminaría siendo tu entrenador. —Yuri se sonrojó y Victor lo abrazó por el hombro.
—Sí, e incluso vamos a casarnos —contó Victor, con una gran sonrisa. El rostro de Reiji se deformó de la impresión.
—No es cierto —aclaró Yuri, avergonzado.

Victor sintió una gran punzada en el pecho, incluso Yurio los miró sorprendido sin saber qué decir. Yuri miró dudoso a Reiji.

—Pero lo que sí es cierto es que somos pareja —contó sin mirarlo a los ojos. Reiji los miró sorprendido.
—Ya veo... Felicidades —sonrió.

Yurio los escuchaba atento y un poco confundido, notó cómo Victor fue afectado por las palabras de su pareja, y también, cómo Yuri se sentía inquieto frente a Reiji.

—Tengo hambre —dijo, para acabar con toda la tensión que lentamente se estaba creando.
—¡Oh, sí! Vayamos —contestó Yuri.
—Dame tu número, hay muchas cosas de las que quiero hablar —pidió Reiji.
—Sí —contestó y sacó su celular.

Victor lo miró en silencio, hasta que Yuri terminó de dar el número y se despidió del hombre. Yuri y los dos rusos comenzaron a caminar rumbo a un restaurante.

—Oye, cerdo, ¿quién era él? —preguntó Yurio.
—Un compañero de preparatoria —contó Yuri, bajando la mirada.
—¿Un compañero?
—O podría llamarle amigo, creo.
—¿Crees? —preguntó Victor.
—¿Qué vamos a comer?

Ambos rusos se dieron cuenta del gran cambio de tema por parte del japonés. Victor frunció el ceño.

—Quiero katsudon, pero del que es preparado por tu madre —dijo y comenzó a marcharse.
—¿Victor? —lo nombró Yuri confundido.

Yurio suspiró frustrado. Luego de esperar a que Victor no se viera más, se decidió a hablar.

—¿Cómo es eso de que no te vas a casar con Victor? —preguntó, directo; aunque jamás se los diría a la cara, se preocupaba por ellos y no iba a permitir que se pelearan por estupideces o malentendidos. Yuri se sonrojó.
—Nunca nos hemos pedido matrimonio —respondió.
—¿Eh? ¿Y esos anillos baratos que usan no son acaso de eso?
—Son amuletos.
—Pero en Barcelona, Victor dijo que después de que ganaras la medalla de oro se casarían, ¿no? —preguntó, sorprendido—. No ganaste, pero me imagino que eso no se canceló —concluyó, sintiendo algo extraño en su pecho, por alguna razón no quería escuchar que la boda se había cancelado.
—¿Eso era una broma, no? —Ante esa pregunta, Yurio se quedó impactado por unos segundos.
—Estoy seguro de que no, Victor no bromearía con eso.
—Victor nunca me dijo nada acerca de eso, no habíamos mencionado nada acerca de casarnos, hasta el día de hoy —explicó.