Capítulo 5

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Yuri tenía 15 años y se había graduado de la secundaria. Luego de la graduación lo único que quería era irse a casa para cambiarse de ropa e irse a patinar; pero unos compañeros insistieron en sacarse una foto en grupo.

Yuri no comprendía porque tanta insistencia, los tres años que duró la secundaria había sido ignorado por ellos, le hacía sentir hipócrita tener que sonreírle a una cámara mientras era acompañado de esos jóvenes. Lo intentó pero no lo logró, su sonrisa fue completamente asquerosa, pero para su suerte, la fotografía no se repitió, sus compañeros sólo se preocuparon de que ellos habían salido bien y quedaron conformes con la foto.

A Yuri le dio igual, total la fotografía quedaría guardada para siempre en un álbum de fotos que sólo su madre se preocuparía de limpiar para quitarle el polvo, ya que él nunca lo miraría porque le daban completamente igual sus recuerdos de secundaria. Sus buenos recuerdos estaban cuando salía de clases y se iba a patinar con Yuuko y Takeshi al Ice Castle; y las fotografías de esos recuerdos estaban en álbumes especiales y en cuadros enmarcados.

Llegó la primavera junto a su primer día de clases de preparatoria. Antes de entrar al establecimiento miró detalladamente cada esquina del edificio; suspiró frustrado, tenía buenas notas y buen comportamiento en clases, pero igual todo le era aburrido y monótono.

Entró a su salón de clases y se sentó al lado de la ventana. Poco a poco comenzaron a llegar todos sus compañeros, la mayoría los conocía de la secundaria. Un rostro nuevo le llamó la atención, pero rápidamente lo ignoró, era un muchacho alto de cabello y ojos cafés.

—¡Buenas, me llamo Furukawa Reiji! —exclamó eufórico el castaño a unas compañeras, quienes sonrieron y saludaron un poco tímidas.

Yuri se sorprendió de la gran confianza del muchacho, luego de mirarlo unos segundos impactado, regresó a lo suyo y miró por la ventana. No sabía cómo socializar, y sabía que si lo intentaba fallaría, así que prefería ahorrarse la humillación. Tampoco se uniría a un club, así que menos posibilidades de tener una vida social tenía, mas no le importaba, ya que se iría directamente al Ice Castle cuando las clases terminaran.

En los recesos se juntó con Takeshi y Yuuko, quienes asistían a segundo y tercer año respectivamente, pero rápidamente eligió una excusa para alejarse de ellos, ya que le incomodaba demasiado acompañarlos cada vez que se ponían melosos.

Caminó en busca de un lugar cómodo para pasar el receso, vio como ese muchacho llamado Reiji conversaba animadamente con otros de sus compañeros. Podía acercarse a ellos y unirse a la conversación, pero temía que lo vieran mal y lo ignoraran, así que prefirió seguir su camino.

Cuando las clases terminaron, unos compañeros se acercaron a él.

—Buenas, Katsuki Yuri ¿verdad? —lo saludó sonriente un muchacho—. Me llamo Kagami Tetsuya —se presentó.
—Yo soy Hinata Tobio —saludó otro.
—Y yo Tachibana Haruka —saludó una muchacha.

Yuri los miró extrañado, sin saber bien qué decir.

—Vamos a ir al karaoke junto a más compañeros, ¿te gustaría ir? —invitó Hinata.
—Es una buena oportunidad para conocernos todos —comentó Tachibana.
—Lo siento, ya tengo planes —respondió, tímido.
—¿De verdad? Qué pena —comentó Kagami.

Los tres muchachos se alejaron de él. Yuri se sintió fatal, hace unas horas atrás había sentido deseos de poder socializar, y ahora que tenía la oportunidad la rechazaba; pero ya había reservado horas en el Ice Castle para toda la semana, simplemente no podía faltar. Y tampoco quería faltar, necesitaba con urgencia poder patinar.

Llegó al Ice Castle, se puso los patines y entró a la pista, todo lo que había a su alrededor desapareció, sólo eran él y el hielo. Amaba esa sensación, sus problemas de no ser capaz de socializar, la presión de tener que poner atención en clases y aprobar todas las asignaturas, el pequeño enamoramiento hacia Yuuko que rápidamente se volvió en amor no correspondido, todo eso ya no importaba nada y habían desaparecido de su mente. Podía sentirse él mismo.

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