Cenicienta (Chandler Riggs Y Tú)

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Narra ________:

Cada vez me costaba más respirar y frases como: "...mi amor, te he fallado, lo admito tu padre te falló, perdoname...", "...elegí mal, y mi elección no sólo me perjudica a mí, sino a tí también...", "...Mery, no es lo que crees...","...dijo que sólo estaba aquí porque le daba todo lo que quería, por mi dinero...", "... nos vamos a divorciar...", "...hoy me reuniré con Mery...", "...algo que no me deja tranquilo, es como si tuviera un mal presentimiento...",  "...recuerda esto en mi habitación está un cuadro, de cuando eras bebé estás con Zayn...", "...si lees esto, significa que algo malo pasó...", "...busca ese cuadro, ahí está todo lo que necesitas..."; se repetían un y otra vez en mi cabeza.

-Si lees esto, significa que algo malo pasó, busca ese cuadro.- repetí casi por inercia, No entendía porque papá dijo todo eso, ¿qué sucedió?, ¿por qué no me lo contó en vez de dejarlo escrito?, sabía que algo le había pasado pero qué era tan importante para no decirme lo que había descubierto sobre Mery y lo que tenía planeado hacer. Entonces el entendimiento me cayó como un balde de agua helada, miré aterrada de nuevo el papel, en la parte superior se encontraba la fecha, 15 de agosto de 2012.

Las lágrimas volvieron a llenar mis ojos, pero esta vez lloré de dolor, el dolor que significó haber descubierto todo eso, mi padre, mi padre había fallecido el 16 de agosto de 2012, o al menos de eso me dí cuenta ya que yo misma lo encontré.

Un grito de dolor y desesperación intentó salir de mi garganta e hice un esfuerzo sobrehumano para detenerlo.

Miré la puerta del despacho del director, mi rostro estaba empapado por el llanto y este no dejaba de caer por mis mejillas. Los sollozos empezaron a ser fuertes y escandalosos.

Sin pensarlo dos veces me levanté y salí del pasillo donde esperaba ser llamada por el director, en este momento, me importaba poco lo que me sucediera, tan solo quería saber la verdad, quería que alguien me dijera que lo que sospechaba era cierto, incluso creía que no necesitaba que nadie me lo dijera, pues todo encajaba a la perfección.

Mery, ella había hecho algo contra mi papá, ella lo había matado, o había contratado alguien para que lo hiciera, era una asesina, una maldita asesina.

Corrí alrededor de los pasillos, mientras me limpiaba las lágrimas, que nublaban mi vista.

No había nadie por estos correderos, pues en estos momentos deberían estar en clases y de alguna manera agradecía que así fuera, no quería que nadie me viera así, débil, vulnerable, desecha en lágrimas.