Capítulo 2

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|Narra ______|

Estuve tan feliz que pasé toda la mañana con una sonrisa tonta adornando mi rostro, nadie podía arruinar mi día, ni siquiera mis hermanastras.

—Y ahora que la pasa a la loca... —dijo Brianna con diversión al ver que estaba tarareando una canción.

—Ay Bri, sabes bien que _______ está chiflada, no deberíamos ni hacerle caso... —dijo Rachel entornando los ojos.

—Pues hoy es el día más feliz de mi vida... —alegué con una enorme sonrisa.

—¿Y se puede saber el motivo de tanta felicidad? —preguntó Hana cínicamente.

—Lo siento pero debo irme a mi trabajo, el almuerzo, ya esta listo, adiós.

Dicho esto subí a mi habitación, para cambiarme de ropa; me coloqué un pantalón jean, la blusa café claro con el logo de la cafetería y unas zapatillas cómodas del mismo color de la blusa, bajé otra vez y tomé un autobús hasta el local.

Decidí trabajar en vacaciones, porque en realidad necesitaba el dinero. Lo único que obtenía de mi madrastra era un lugar en donde dormir, comida y una pequeña mensualidad de 20 dólares que prácticamente no me alcanzaba para mis necesidades, además me parecía una miseria comparado con los ingresos que recibía de la empresa de papá. Quería comprarme una laptop, pues la vieja computadora que tenía acababa de dañarse y necesitaría una nueva para el próximo ciclo escolar, no me importaba si era pequeña o algo usada, lo que importaba era que me sirviera para realizar mis tareas.

Soy una alumna destacada, no la clásica nerd, pero poseo excelentes calificaciones. Muchas personas me han animado a seguir adelante, pues dicen ver en mi un gran futuro, sin embargo lo malo era que en el colegio en el que estaba no podía avanzar, al menos no como yo quisiera, necesitaba otro en donde tuviera buenas posibilidades de crecer y...

Mis pensamientos se vieron interrumpidos, pues se anunciaba el lugar en donde debía bajar, me apresuré a salir del autobús y caminé dos cuadras hasta llegar a mi trabajo, cuando lo hice miré mi reloj 10:00 AM, puntual como siempre.

Ví a Cinthya, en la caja registradora y me acerqué a saludarla.

—¡Hola Cinthya! —dije sonriendo.

—¿Qué tal ________? —dijo devolviéndole la sonrisa— ¿Por qué estas tan feliz?

—Ay Cinthya, si te contara... —dije colocándome el mandil blanco que usábamos los empleados.

—¡Cinthya! Una malteada de chocolate, un café mediano, tres donas y un capuchino, para la mesa doce —dijo James acercándose a nosotras con su muy característica sonrisa — Oh, hola ________, no te había visto...

—Hola James. —dije devolviéndole el gesto.

—¿Por qué tan contenta? —cuestionó James.

—Acabo de preguntarle lo mismo... —dijo Cinthya recibiendo la bandeja con el pedido que había recibido hace poco.

—Luego les cuento chicos —dije guiñandoles el ojo— primero es el trabajo, yo llevó eso James.

Así transcurrió el día, entre pedidos y entregas, hasta que se acabó mi turno; trabajaba de 10:00 AM a 18:00 PM.

Al final les conté a mis amigos el motivo de mi felicidad.

—¡Felicidades ________! —dijo Cinthya, abrazándome.

—Gracias —contesté con una enorme sonrisa.

—Espero que aproveches esta gran oportunidad, ¡felicitaciones! —añadió James.

Cenicienta (Chandler Riggs Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora