Capítulo 11

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Al darme cuenta que cometí un error gigante abrí la caja nuevamente mientras la agitaba de manera violenta.
-Deja de ser el santo, sé que estás ahí viéndome todo el tiempo.
Tiré la caja a un lado de la habitación por mi gran enojo, no podía creer que mi abuela me advirtiera tanto acerca de esto y yo tan incrédula no le hice caso.
-¡Manifiéstate!  ¡Manifiéstate! -añadí pateando la caja, pero al segundo intento ese objeto se movió para que yo no completara mi acción. Mi cuerpo se encontraba en estado de shock, ¿esta en serio acaba de suceder? Pero ese sentimiento rápidamente cambió por rabia, me dirigí de nuevo a la caja, pero al intentar tomarla mi mano quedó en el aire mientras sentía un agarre guerra en ella.
-No te atrevas a golpearla de nuevo, escuché como una voz ronca y siniestra me hablaba, mi mirada se posó en su mano, para llevarme la sorpresa de ver una completamente extraña, tenía uñas largas de color negro y no lucían de humano para nada.
En un dos por tres ya me encontraba alejada de él, al verlo de cuerpo entero el recuerdo del payaso dentro de la caja se hace presente.
Es él.

La Profecía (Laughing Jack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora