ALE

Capítulo 1: Cumpleaños !!!

-¡Date prisa son las cinco menos diez!-grita mi madre desde el piso de abajo-¡Daniel está al llegar!-Sí, hoy, 13 de Diciembre era mi cumpleaños, por fín había cumplido los 16 e iba a hacerme el símbolo parabatai con Daniel.
Me pongo unos vaqueros negros rotos por las rodillas, un jersey fino blanco, mis nikes negros, corro al baño a hacerme una trenza, me maquillo un poco, cojo mi bolso y ya estoy preparada para ir a hacerme mi tatuaje.

Cuándo bajo las escaleras tocan a la puerta y sé perfectamente que es él, me apresuro a darle un beso en la mejilla a mi madre y me voy.
Al salir a la calle mi mejor amigo está apoyado en un pilar de mi porche.

-¡¡¡Felicidades!!!- me grita cuándo cierro la puerta y me levanta en brazos para abrazarme.

-¡¡Gracias!!, ¿vamos?-

- Vamos-

Juntos bajamos del porche me da mi casco y nos montamos en Beth, sí le había puesto nombre a la moto, decía que era su bebé ya que se la regalaron sus padres para su decimosexto cumpleaños el pasado 8 de Octubre y era lo que más deseaba en el mundo.
Arranca el motor y nos dirigimos en silencio hacia la pequeña tienda de tatuajes del pueblo, que está en la plaza mayor, no nos hace falta hablar, ambos sabemos que el otro está nervioso pero entusiasmado por el tatuaje.
En cuanto entramos en la tienda un olor a tinta y desinfectante me inunda los pulmones. No esperamos mucho, nos atienden en seguida.

-¿Os lo váis a hacer juntos.-

-Sí- Responde Daniel por los dos.

Entramos en una pequeña sala con dos camillas de cuero negro y una mesa de acero con agujas, tinta, desinfectante y muchas más cosas que no sé para qué sirven.

-¿Dónde lo queréis?-

-En el interior de la muñeca- contesta Daniel otra vez por los dos, él sabe que estoy muy nerviosa y no me salen las palabras.

-No pasa nada-me susurra al oído para que solo lo oiga yo y un escalofrío recorre mi espalda.

Nos sentamos en las camillas, primero lo tatúan a él  y después a mí, antes de que la aguja roze mi piel Daniel me coge la mano libre para tranquilizarme. Hasta que no salimos de la tienda no me la suelta, ni para pagar, cosa que no me dejó hacer porque dijo que ese era mi regalo.
De vuelta a casa, voy reviviendo en mi cabeza lo que acababa de pasar en aquella pequeña sala de tatuajes, Daniel me había cogido la mano, cosa que había echo un millón de veces, pero ésta vez había sido diferente, hubo algo más, algo que ni yo misma sé que fué y cuando minutos antes me susurró al oído que no pasaba nada me subió un escalofrío por la espalda, cosa que nunca me había pasado.
Cuándo llegamos aparca la moto en la puerta de su casa y me acompaña hasta la mía que está muy cerca, a cinco metros exactamente.

-Gracias- le digo mientras subimos las escaleras de mi porche.

-No ha sido nada, no me voy a arruinar por pagarte un tatuaje-

-No, gracias por todo lo que has echo por mí desde que llegaste a este enano pueblo, sabes que pienso sin que te lo diga, me conoces mejor que nadie y siempre has estado ahí para mí, en las buenas y en las malas, te quiero mucho, ¿lo sabes verdad?-

-Sí, lo sé, y no tienes que darme las gracias por eso. Tu has echo lo mismo por mí estos diez años y volverás a hacerlo en los siguientes años y yo también- Ya está todo dicho, no tengo más palabras que decir así que me echo a su cuello y lo abrazo bien fuerte durante un par de minutos.

-Te recojo mañana para ir al Fast & Food- me dice cuándo lo suelto.

-Vale, a las dos- me inclino y le doy un beso en la mejilla antes de entrar.

-A las dos- Oigo mientras cierro la puerta.

Mi madre se había ido a cenar con unas amigas después de una semana trabajando se merecía un sábado de relax, así que caliento una pizza en el horno me pongo el pijama y me siento en el sofá delante de la tele a comérmela. Cuándo termino pongo una película y me quedo dormida mientras la película sigue su transcurso.