Capítulo 5: Se acabó

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-Hola zorra, ¿me echabas de menos?-

No me salen las palabras, no puedo hablar, estoy muerta de miedo así que me giro y echo a correr, mi casa no está muy lejos tan solo a cinco minutos, con suerte pasará algún coche, ¿para qué engañarme? no va a pasar nadie, mi casa está en el quinto pepino, sigo corriendo  pero Tomas consigue alcanzarme e intenta meterme en el bosque, intento resistirme pero me da un puñetazo en la mandíbula y caigo al suelo en la gravilla, en ese instante oigo un zumbido, no, un motor, una moto y se quién es, no se cómo pero a llegado justo a tiempo, se baja de Beth y le propina un puñetazo a Tomas, en el mismo sitio que me dió él a mí.

-Déjala en paz Tomas, o ésta vez nadie me detendrá para partirte la puta cara,¿entiendes?-

-Hombre atontao, ayer me pillaste por sorpresa, hoy no, vas a desear no haber nacido igual que tu amiga la putita- Daniel se lanza sobre Tomas y lo hace caer, está sobre él dándole puñetazos en su asquerosa cara, yo no sé que hacer, no puedo moverme, pero sino hago algo o digo algo Daniel va a matar al cretino de Tomas a puñetazos.

-Daniel, déjalo ya-consigo decir-vas a meterte en un lío como sigas pegándole así, lo vas a matar-mi amigo no me oye y sé que está descargando sobre él la ira de estos dos años que se metía conmigo-por favor Daniel déjalo-las lágrimas corren por mis mejillas, no quiero que le pase nada malo a mi amigo, no sé que haría sin él-por favor- Daniel me mira y ve las lágrimas por mi cara, se levanta de encima de Tomas, coge mi cara entre sus manos, limpia mis lágrimas y me envuelve en un cálido abrazo.

-Vámonos a casa Ale, todo a terminado, y esta vez de verdad, ese cerdo no volverá a mirarte, tocarte ni hablarte- me da la mano y me conduce hasta Beth para llevarme a casa, a salvo, con él.

El camino a casa se me hace eterno, no paro de pensar en lo que acaba de pasar, ¿qué me habría echo Tomas si no aparece Daniel?, me agarro más fuerte a mi amigo, no quiero ni pensar lo que me habría pasado,¿qué intenciones tenía Tomas?, Daniel suelta una mano del manillar y la pone sobre mi rodilla para tranquilizarme, la miro y está llena de sangre.

-¡Dios mío Daniel!,¿estás herido?-

-Estoy bien, es sangre de Tomas, solo me alcanzó una vez y fué en la mandíbula-No había pensado que pudiera estar herido, solo lo ví a él dar puñetazos, pero claro yo estaba en sock y mi vista estaba nublada.

Por fín llegamos,apaga el motor, baja de Beth, me quita el casco y me coge en brazos.

-Daniel estoy bien, puedo caminar-

-No, no puedes, llevas sangre en la cara, además me siento mejor llevándote-

-Tú también llevas sangre en la cara, y en las manos- le toco dónde se le ha partido el labio y hace una mueca- para haberte dado solo una vez te lo ha partido-

-No tiene importancia, tu estás peor no físicamente, sino aquí- me toca la frente con un dedo-Vamos a limpiarte la sangre-

-Está bien, pero en mi casa no podemos está mi madre y no quiero que me vea así, y si yo me limpio la sangre tu también ¿trato?-

-Trato, yo también me limpio y podemos ir a mi casa, mis padres hoy no vuelven hasta la noche-

ALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora