En cuánto entro en mi casa lo primero que hago es correr como una psicópata para cerrar todas las ventas y entradas de mi casa, estoy aterrada por si viene Tomas pero no he de dejar que ese malnacido me asuste y me haga perder el control.
Cierro los ojos, respiro profundamente un par de veces, cuándo creo que ya me he tranquilizado reviso que haya cerrado bien las ventas y puertas. Ahora que ya está todo cerrado estoy algo más tranquila pero necesito una ducha, aún llevo la ropa sucia de cuándo me caí en la gravilla.
Voy a mi habitación a buscar mi pijama, cómo en mi casa hace calor cojo un pantalón corto gris de sport que me está algo ajustado, una camiseta rosa de manga larga térmica, unos calcetines también rosas hasta las rodillas con gatitos, mis zapatillas en forma de minions y me dirijo al baño.
El agua me quita peso, hace que me relaje, estoy a salvo, en mi casa, a cinco metros de la de Daniel y si necesito algo vendrá, me lo ha dicho pero aún si no lo decía ya lo sabía, es alguien que siempre está ahí para mí, se ha convertido en mi vida al paso de los años, me he enamorado de él y él de mí, no sé cómo serán las cosas a partir de ahora, pero no quiero perderlo, es lo único que sé, una parte de mí quiere arriesgarlo todo por estar con él, arriesgarse a romperlo en mil pedazos como me ha dicho antes, amarlo de verdad, sin importar que eso significara perderlo, joder, es que no quiero perderlo, si lo pierdo¿qué me quedaría? Salgo de la ducha, me visto, aplico maquillaje sobre el moratón de mi cara y me seco el pelo, decido echarme espuma para después hacerme trenzas para que se me ondule el pelo, mañana necesito llevar mi mejor aspecto, debo, demostrarle a Tomas y a al equipo de fútbol que no podrán conmigo, durante estos dos años me ha dado igual que hablaran mal de mí, ahora que han pasado de palabras a algo más me dan algo de miedo, pero mientras Daniel esté conmigo nada ni nadie podrá derrumbarme.
Una vez seco mi pelo tengo que lavar la ropa, mi sudadera lleva algo de sangre en la manga cosa que me cuesta quitar.
Después me hago un sandwich vegetal para cenar y me siento en el sofá, enciendo la tele pero nada me distrae, ya me he tranquilizado respecto a Tomas, ahora es Daniel el que me vuelve loca, no sé que hacer.
¿Por qué es todo tan difícil en la vida real? ¿Por qué en los libros y películas siempre es todo tan fácil?
Apago la tele y me quedo mirando su pantalla sin vida, sentada en silencio, pero pensando a gritos en Daniel.
No sé si llego a dormirme o no, lo único que recuerdo es estar observado la pantalla negra cuándo empiezan a tocar a la puerta. Rápidamente miro el reloj, son las 3 de la madrugada, mi madre se habrá quedado en el hospital a dormir en la sala de descanso del personal. Nerviosa me dirijo hacia la puerta, pego la oreja para intentar oir algo pero no oigo más que los golpes. Rápidamente cojo mi teléfono de encima del sofá y llamo a Daniel, cuándo oigo que empieza a sonar «Heart by Heart» de Demi Lovato al otro lado de la puerta me tranquilizo, ese es el tono que me puso mi amigo para las llamadas porque es la que sale en la película de nuestra saga de libros favorita.
Abro la puerta y me lanzo a sus brazos.
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ALE
Teen FictionAlejandra y Daniel dos amigos inseparables desde que Daniel se mudó a la casa de al lado a los 6 años, crecieron juntos, como hermanos, amigos incondicionalmente, ambos harían cualquier cosa por el otro. Ahora ambos tienen 16 años. ¿Será su amistad...