Capítulo 7: En mil pedazos

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Cuándo termino de limpiarle la sangre y curarle el labio, él aplica un poco de maquillaje sobre el moratón que hay en mi mejilla, ahora a penas se ve.
Vamos al salón a ver algo en la tele. Sé que se siente algo incómodo por lo que ha pasado en el gimnasio, pero no puedo permitir que mis sentimientos se interpongan en nuestra amistad, si saliéramos y lo dejáramos ¿qué pasaría después?¿seguiríamos siendo amigos como ahora?¿así?¿sin más?no lo sé, pero me da miedo averiguarlo, porque si fuera que no lo perdería, y eso es algo que no puedo permitirme, sé que suena algo egoísta, pero respecto a Daniel soy muy egoísta, lo quiero solo para mí, no quiero compartirlo con más chicas. No puedo dejar que se sienta así por mi culpa, después del beso está muy raro, y sé qué le pasa, tengo que hacer algo, tengo que arreglarlo, no me gusta verlo así.

-Daniel-lo llamo con voz temblorosa.

-Ale-

-Yo...-decimos ambos a la vez y se nos escapa una risa nerviosa.

-Tú primero-me dice y le suelto todo el rollo que estaba pensando.

-No sé que ha pasado ahí abajo, Daniel, no tengo ni puñetera idea de lo que siento hacia ti desde el sábado, no sé ni en qué pienso, no sé muchas cosas, ahora mismo estoy muy confundida pero lo que sí sé es que no quiero perderte nunca, pase lo que pase, porque no podría vivir con ello, no podría sabiendo que tal vez fue por mi culpa, ¿lo entiendes Daniel?no quiero hacerte daño porque no podría vivir con ello y aún menos si te pierdo-

-Yo sí sé lo que siento, te quiero Ale y me da igual que me hagas daño rómpeme en mil pedazos si hace falta, pero te querré igual, no vas a perderme porque yo tampoco podría vivir sin tí Ale, ¿me oyes?Te quiero, dos palabras muy sencillas. Me he enamorado de ti no sé cómo pero lo he echo y no me importa decirlo, te quiero-

-Yo, yo... no sé que decir, tengo miedo de lo que pueda pasar ahora-

-Simplemente no digas nada, ven aquí-abre sus fuertes y cálidos brazos y yo me acurruco en ellos de manera que quedamos acostados en el sofá.

No siento cuándo me quedo dormida pero me despierto sobresaltada cuándo oigo una cerradura y rápidamente me separo de Daniel, él también parece haberse quedado dormido porque no se da cuenta de porque me separo.

-Ale, no pasa nada, son mis padres, no dejaré que nadie te haga daño,- me susurra- vuelve aquí- y eso hago, vuelvo a colocarme entre sus brazos, esos que hacen que me sienta en casa.

ALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora