Capitulo 1

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-Mi nombre es Barbra Ann Vega.
Y si lo sé muy bien, mi nombre suena como Barba.
Pero a mi madre le gustaba, y bueno pues yo no estaba para elegir aún.
Vivo con mi tía, mis padres murieron, de la peor manera y ante mis ojos.
¿Cómo? Era algo que recuerdo bastante bien:

Mi padre, era un gran soldado.

El nunca se encontraba en casa pero hoy estaría con nosotros pasando la Navidad con mi madre y yo,
¿Pues bien se supone que es la unión entre todos los que amas, no?. Sí es así jamás esperé o pensé que sería la perdición entre los que amaba. Era muy pequeña, estaba tranquilamente mirando algún programa animado en la televisión.

Pero de repente algo hizo que la casa entrará en llamas, mi madre desesperada gritaba desde la cocina mi nombre, mi padre se encontraba con ella.
Pronto el fuego llego tan rápido a las paredes evitando cualquier tipo de escape, mientras mi padre desesperadamente trataba de quitarse el fuego que ya hacía en sus pantalones, llegando hasta su cuello, mi madre estaba cubierta de fuego, el fuego que destruía todo a su paso. Avanzaba muy rápido. ¿Y yo?, Yo estaba en shock, era una niña de 8 años inútil, una estúpida niña inútil, no pude moverme era increíblemente difícil.
Lo siguiente que supe era que ya me encontraba corriendo hacia afuera, lágrimas salían descontroladamente de mis ojos, sin parar.
Pronto los bomberos llegaron, pero ya era demasiado tarde para intentar apagar a la bestia le quitó la vida a mis padres que los asesino lenta y dolorosamente.

no fue una buena niñez, para nada que lo fue, como iba a serlo si las personas que más amaba me habían dejado, me habían dejado ni siquiera pudieron elegir, solo se fueron, quizá la vida me odiaba sin saber por qué.
Me gusta estar sóla. ¿Y en la escuela? Todo era mierda.
La muerte de mis padres llegó al noticiero, toda la escuela se enteró, algunos sintieron lástima, otros les causó gracia, pero sin duda ninguna de ellas me agradaba. Odiaba la lástima, oh, sin duda la odiaba.
Y en ésta trágica perdida no hay nada de gracioso.
Odiaba a mi tía, y sé que esta mal odiar a alguien con quien se comparte ADN.
Pero siempre que estaba ebria me culpaba por la muerte de mis padres, era su rutina favorita, y pues fue la única que pudo quedarse conmigo los demás me hecharon cuál perro a mi suerte, me dejaron en manos de ella. No se tomaban la molestia alguna de preguntarse como me encontraba, odiaba ésto, lo odiaba tanto. ¿Pero saben algo?.
La soledad fue una gran amiga, estuvo en mis peores caídas, en mis llantos, nunca me dejó, siempre estuvo allí para mí cuando nadie más, cuando llegaba a llorar por que los de mi colegio me habían llamado "Huérfana"
Ya no era tan mala la soledad, estaba tan acostumbrada a ella que ni siquiera me importaba quien estuviera a mi al rededor. Pero por más que quisiera jamás podía dejar de despertarme con lo mismo; un enorme vacío que no era capaz de llenarse con nada, con las malditas pesadillas rutinaria; donde mis padres morían y me daban esa mirada de horror, de agonía que me habían dado antes de dejarme por completo.

Tan solo estaban para arruinar mis sueños.

Generalmente hablaba sola, las cuatro paredes eran mis amigas.  Tenía un pequeño diario donde podia hablar libremente, dónde nadie me juzgaba, tan solo era mi computador mi teléfono y yo.
Gran compañía, ¿no?, Pues para mi lo era, estaba harta de la lástima, de todo. A veces pensaba en acabar con este dolor, pero tan sólo aumentaba el vacío en mi pecho, apresar de los años aún me jodía escuchar a mi tía gritarme cuan culpable era por la muerte de mis padres.
En verdad, yo también me odiaba por haberlo permitido, tuve el poder de salvarlos pero sin embargo me deje atrapar por el miedo, esa bestia sin piedad que no podía controlar.

Lo que estaba haciendo justo ahora estaba demás, ésta era yo, apuntando con un arma en mi cabeza todos los días.
Pero era una cobarde sin remedio que no se lo permitía.
Ni siquiera sabía cómo me daba el lujo de seguir aquí, cuando no me lo merecía. Pasaban los días y la angustia crecía. Dolor constante en mi pecho lágrimas que dejaban comezón en mis ojos, me absorbían. Pero ahí estaba ella, mi querida amiga la soledad, oh, cuanto temo de perderla.-































-Ésta historia está hecha desde lo más profundo de mi ser.
Expresa en palabras detalladas el como me siento.
Cuando me perdí a mi misma, a mi esperanza.
Cuando creía que todo estaba salvado, simplemente colapsa.
Cuando solo quiero escribir, escribir y desahogarme.
Cuando simplemente estás acompañado de el silencio que tú mismo creaste.
Iba por la vida con mensajes cortos de las cosas buenas de la vida, pero simplemente se generan veces que ni siquiera me dan ganas de mirar si tengo enfoqué.
Creía que todo lo manejaba bien, que si daba buena cara las cosas no serían tan malas. Pero no cuando las personas que más quieres están vivas, están a tu alrededor pero es como si ellos simplemente estuvieran del otros lado del mundo, pero sabes que no, que aúnque su presencia falte cerca de ti, tan solo están al cruzar.

¿Existe algo por el cual luchar?.

Sí.
Sí.
Y no es alguien.
Eres simplemente tú, tú y tú bienestar.
¿Nadie cree en tí?
Pues tú cree en tí.
Nada está perdido, todo, todo está allí para ti, pero llorando no llegará y tocará la puerta reclamando por ti, sí vale la pena luchar.
Por saber que depara el destino, aprendiendo de cada buena y mala decisión.
Lucha, lucha hasta el final de la línea.
Y recuérdate a ti mismo el hecho de qué,  luchaste hasta el final, lo intentaste, después de todo.
Ganes o no, solo hazlo, por ti.

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