Capítulo 6: No es lo que parece.

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Stuart al entrar a su habitación vio que esta no era un habitación común y corriente, esta era una habitación digna de un hotel de lujo: Cama Queen Size; un pequeño mini bar con finas copas; un mueble de fina madera que sostenía una televisión de pantalla plana de cincuenta y dos pulgadas; una enorme ventana que daba una vista que mostraba una noche joven por comenzar; un armario enorme y un baño con acabados de primera. A pesar de todo esto, y de su notable cansancio, Stuart comenzó a buscar como loco micrófonos y cámaras ocultas, pero lo único que consiguió con ello fue hacer un verdadero desastre en la habitación, Todavía no muy seguro que no hubiera nada escondido decidió tomar una ducha. Al salir de esta, abrió el armario y busco ropa que le quedara, encontró unos jeans, una camisa blanca y una cazadora color café.

Se tiro a la cama, por una parte su cuerpo le pedía descanso por otra su mente no lo dejaba en paz, el sabría que no podría dormir así nada más, así que salió de la habitación y se dirigió a la habitación contigua, toco la puerta y espero respuesta.

— ¿Quién es?— pregunto Rodrigo a través de la puerta.

Stuart tomo sus dedos y presiono un poco su nariz para fingir otra voz.

El repartidor de pizzas, traigo una grande de salchicha con extra queso— Y dejo de presionar su nariz— ¿Como que quien es? ¿Eres idiota?

Rodrigo abrió la puerta y ofreció pasar a Stuart.

— ¿No puedes dormir?— pregunto Rodrigo.

—No, de hecho quería decirte algo que traigo en mente, es sobre esa chica Tamara.

— ¿Que tiene?

— ¡Vaya que eres ciego y sordo!, no dijo ni una sola palabra mientras nos atendió.

—Stu, creo que te precipitas demasiado, ¿Y si es tímida? O bien ¿Y si es muda?

—Si lo fuera, ¡Viejo!, Entonces la muda más hermosa que he conocido.

—Stu, ¿Cuantas mujeres mudas conoces?

— ¿Vivas?, Mira mi punto es que creo que algo aquí no está bien, así que mañana no diremos nada hasta no ver a la mujer de los altavoces, debemos guardar un bajo perfil.

— ¿En serio?, pienso que tienes miedo Stu.

—No, solo que hay muchas cosas que no parecen estar en orden, hasta he llegado a pensar que ellas ya sabían que estábamos aquí desde el naufragio y nos han mantenido en vigilancia.

— ¿Así?, yo creo que eres un pesimista, tu primera comida decente y tu primera ducha en varios días y sospechas que esto es una trampa.

— ¿Y si ellas pusieron el diario de la mocosa esa?, ¿Y si nos están poniendo a prueba?

—Yo te sugiero que te relajes un poco, al menos hasta no tener más pruebas de que se tratan de un par de locas apocalípticas hay que disfrutar de estas habitaciones. Que por cierto ¿ya abriste el frigo bar?, ¡tienen un jugo de arándanos estupendo!

Stuart ignoro la sugerencia de Rodrigo.

—Igual, perfil bajo y no bajes la guardia. ¡Buenas Noches! — dijo Stuart mientras se despedía y se dirigía a su habitación.

Rodrigo se quedó pensando "¿Por qué Stuart era tan desconfiado?", pero ya eran bastantes preguntas por día así que se tiro a la cama e inmediatamente quedo dormido.

A la mañana siguiente, cerca de las ocho en punto, Rodrigo toco la puerta de Stuart, este le abrió.

— ¿Qué tal tu noche?—pregunto Stuart.

Los Reyes De La IslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora