Los Reyes De La Isla

Capítulo 11: Decisión.

Y ahí estaba el par sentados en unos taburetes del bar y comenzaron a beber, Stuart tomó dos botellas de whisky y una para él y la otra para Rodrigo, discutían sobre lo que les había dicho Lanne.

— ¿Qué será eso que paso antes del virus?

—Esa computadora, no sé, siento que no puedo hablar con tranquilidad, creo que nos escucha, pero yo creo que es algo feo y posiblemente hubo muertos, Rod.

—Bueno, hablemos de la oferta, supongo que lo más sencillo sería aprender a crear la cura.

Stuart soltó una risa burlona.

— ¡Viejo!, veo que tienes un lado gracioso después de todo, esta sí que estuvo buena.

Pero Rodrigo no se inmutó.

— ¡¿HABLAS EN SERIO?! , Hermano ¿Sabes cuánto nos costaría aprender a crear una cura?

—Vamos, no es nada que no se pueda sacar con algo de tiempo, dedicación y esfuerzo.

— ¡Claro!, lo dices porque eres el niño rico letrado, yo opino que es más fácil capturar a uno de esos guardianes y traérselo a la tostadora.

—No lo creo, no estas tomando en cuenta los dos que piensan que somos invasores, Lanne lo dijo: "Están listos para atacar"

— ¿Así?, ¿Sabes que pienso?, Tienes miedo y es más tu miedo de no saber utilizar un arma, creí que a los niños ricos sus padres los llevaban a cazar al bosque, buscaban un venado, le disparaban y su cabeza adornaba sus lujosas salas.

Rodrigo levanto el tono:

— ¡Eres un imbécil!, ¡Discúlpame por haber nacido en una familia con recursos!, en serio lo siento mucho, pero ya sabes estaba con las cigüeñas y les dije "Envíenme con esa familia ricachona, para que dentro de 27 años le joda la existencia a un idiota en una isla después del jodido fin del mundo"— Dijo Rodrigo muy molesto.

Stuart vio que se había pasado de la raya.

—Ok viejo, veo que no soportas una broma, pero te propongo lo siguiente: Si dejamos esto a la suerte, no sería justo para ninguno de los dos, pero que tal si jugamos algo, digamos tres partidas de baraja inglesa.

—Está bien, pero no solo baraja inglesa, también tres de domino— Dijo Rodrigo más calmado.

—Mejor tres partidas nada más: una de póker, una de blackjack y una de domino.

—El que gane toma la decisión y el otro respeta al ganador.

— ¡Claro como caballeros!

En eso Stuart comenzó a buscar una baraja, por otra parte Rodrigo busco un Domino y al cabo de unos minutos la sala les proporciono aquello que buscaban. Comenzaron su juego cada quien tomo sus cartas, pasaron los turnos, pero Stuart tenía un poco más de experiencia que Rodrigo y le ganó la primera partida con una mano de Full House. Tomaron un pequeño receso y Rodrigo saco una cajita de madera con las fichas de dominó cada quien tomo siete fichas, Stuart Comenzó por tener la Mula del seis, poco a poco fueron colocando fichas en la barra y las fichas del pozo se fueron agotando hasta llegar al punto en que ambos pasaban turnos, hasta que Stuart puso una ficha con un cuatro e inmediatamente Rodrigo no perdió la oportunidad de colocar su última ficha, la mula del cuatro, Rodrigo ganó la segunda partida.

—Eres bueno, me has dado batalla Rodrigo, ¿Dónde aprendiste a jugar domino?

—Mi abuelo me enseño, pase muchos fines de semana jugando y practicando con él.