CAPÍTULO 11

552 5 0
                                    

BAJO LAS AGUAS

Nos acercábamos a un inmenso lago de aguas muy celestes. Sobre él se deslizaban embarcaciones de vela y

de motor; en las orillas, la gente se bañaba. Sentí deseos de sumergirme en esas aguas cristalinas.

-Pero no puedes hacerlo.

-Por mis microbios.

-Correcto.

Había un embarcadero al que la gente llegaba para tomar libremente cualquier vehículo acuático, yates lujosos,

pequeños botes de remos, unas bonitas esferas transparentes de diversos tamaños, bicicletas marinas y

equipos de buceo.

-Entonces aquí uno puede tomar cualquier cosa...

-Claro.

-Pienso que la mayoría buscará los yates de lujo...

-Estás equivocado; a muchos les gusta remar, a otros juguetear con una pequeña barca, tener la sensación de

cercanía del agua, hacer ejercicio físico...

- ¿Por qué hay tantas diversiones; es domingo hoy?

-Aquí es domingo todos los días -reía Ami.

Algunos tomaban equipos de buceo y se sumergían.

- ¿Qué hacen bajo el agua?

-Pasear, conocer, disfrutar de la vida... ¿Quieres ir allá?

-Pero dijiste que no puedo salir de la nave...

Ami puso rumbo al lago mientras sonreía, nos sumergimos en él. Fue muy bonito ver aparecer ese mundo

sub-acuático. Muchas personas y vehículos se desplazaban bajo la superficie de las aguas, la mayoría eran

esas esferas transparentes. Un niño provisto de lentes para bucear y de un pequeño tanque de oxígeno

pasaba cerca de nosotros; al vernos, se aproximó a nuestra nave y pegó su nariz contra el vidrio de una de las

ventanas, haciéndonos una morisqueta. Ami reía. Pensé que si yo hubiera estado buceando en una playa de

mi mundo, no me habría acercado con tanta confianza a un "ovni" submarino...

32

En el fondo del lago apareció una enorme cúpula transparente con luces de diversos colores; había una

especie de restaurante en el interior de esa gran burbuja. Adentro se veían mesitas, una orquesta y una pista

de baile. Las personas danzaban al compás de un ritmo alegre. Algunos batían las palmas mientras

observaban desde las mesas llenas con helados y bebidas en vasos altos.

- ¿Tampoco se paga allí?

-En ninguna parte, Pedrito.

-Entonces, si la vida es tan fácil, ¿cómo es que la gente no se dedica a pasarla bien, en lugar de trabajar?

-Aquí hay muy poco trabajo, el más pesado lo hacen las máquinas y los robots.

- ¡Esto es mejor que irse al cielo!

-Estamos "en el cielo"... ¿no?

Yo iba comprendiendo cada vez con mayor claridad lo maravilloso que debía ser vivir en un mundo como ése.

-Esto hay que ganarlo --dijo Ami.

Continuamos avanzando lentamente por el fondo de aquel lago poblado por extraños peces y plantas.

"Ami: El niño de las estrellas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora