Capítulo 1

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Después de varios meses de vacaciones, toca vuelta a la rutina. Tenía muchas ganas de empezar el año con buen pie en el instituto, como siempre. Soy la primera de la lista de calificaciones. Los estudios es algo que me importa bastante y se me da bien. Hasta ahora, nada me ha echo que pierda mi interés por los estudios.

Suena la alarma

Estaba deseando que sonara para levantarme y empezar a prepararme para ir al instituto, rodearme de la gente de mis mismos gustos e ir a por lo que siempre me e propuesto, a por el título.

Fui a lavarme la cara y los dientes, después a desayunar, luego, a vestirme, escogí unos jeans negros, un top rojo y mis converses del mismo color, a continuación de eso, hice algo útil con mi pelo. Era un desastre, y por último, me pinté la línea del ojo y el eye-liner. 

Cuando termino de hacer mi rutina diaria antes de ir al instituto, aviso a mi mejor amiga, Bella, por teléfono, que vive a dos manzanas de mi casa y nos vamos juntas al centro.

-¡Becky!- Me saludó Bella gritando.

-¡Bella! Cuánto tiempo- Le dije. La verdad es que hacía un poco de tiempo que no nos veíamos ya que cada una nos fuimos a lugares distintos en verano con nuestras familias.

-Estás igual de hermosa que antes Becky, solo que un poco más morena de piel, jaja- Dijo, y reímos a la misma vez.

Llegamos al instituto, y como siempre, los compañeros igual de amables. Saludando, al igual que Bella y yo lo hacíamos, con un ''buen día''  y una sonrisa de acompañamiento, una sonrisa radiante y llena de ansias por empezar las clases.

Después de 10 minutos, la clase empezó y todos nos sentamos como quisímos.

Como de costumbre, el director entró a presentarnos al profesor nuevo o profesora nueva. Así eran todos los años.

-Hola chicos, como ya sabéis, todos los años tenéis algún que otro nuevo profesor y este año no iba a ser para menos. Espero que os portéis bien con la nueva profesora de química. 

-Buen día, me llamo Tinashe...

Oh dios, no me creo lo que mis ojos estaban viendo, no, no podía ser... Quizás se parecía... No podía ser ella. 

La vida de BeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora