Ambas nos quedamos con los ojos observándonos una a otra, sin decir ninguna palabra, sin ni siquiera movernos del sitio. Solo con los ojos posados en los ojos de la otra. Escuchando nuestras respiraciones agitadas, o tal vez, un poco nerviosa.
Ni siquiera se el por qué me presenté allí, con ella. No podíamos estar juntas, ni tampoco podríamos tener algo secreto, no entre nosotras. Teníamos que decirnos todo lo que sentíamos la una por la otra, aunque ella ya me aclaró en su momento que sentía algo más que solo pasión desde aquella noche. Que no me podía olvidar. Y así es, yo tampoco pude olvidarla, pero tengo 15 años y es mi profesora.
Tinashe decidió acercarse a mí. Muy cerca. Notaba su respiración cerca de la mía.
Se acercó y me dio un sutil beso en la mejilla mientras acariciaba la otra con su mano, haciendo que se me pusieran los pelos de punta, que un frío escalofriante rozara todo mi cuerpo mientras éste ardía.
Tinashe se acercó lentamente a mis labios y con sus dedos recorría mis labios, hasta que se acercó y me besó. Yo cerré los ojos intentando que todo esto no estuviera pasando, que solo fuese un sueño, o que el beso no hubiese sucedido.
Mis manos empezaron a temblar mientras Tinashe me besaba y yo igual le seguía el beso. Ella me agarró por la cintura llevándome a su cuerpo, a sentirla cerca. Oh dios, esto se estaba poniendo como aquella maldita noche que caímos en este juego...
Me separé de ella, para mirarle a los ojos. Ella me miró a los míos y me sonrió.
-Becky... gracias por haber venido- Me dijo.
-¿Qué es lo que te pasa?- Dije cortante. Y aunque estaba deseando besarla, sin más. Pero no podía hacerlo. No debía enseñarle mi lado débil por ella. No podía demostrarle que yo igual seguía pensando en ella, y que deseaba tenerla como la tuve aquella noche, o que me hiciera sentir como ella lo hizo.
-Quería saber lo que sentimos la una por la otra, liberarnos de esto que nos tiene en una situación tan intensa. No me vengas con chorradas, Becky. Ambas sabemos que nos morimos por estar como estuvimos aquella noche. Aquella maldita noche que no dejo de pensar ni un minuto. Me hiciste sentirme segura de mí misma y quererme. Y no sólo quererme a mí, también empecé a quererte a ti. A querer hacerte sentir mujer, hacerte sentir que tú también puedes amarme, y amar en la manera como te hago sentir viva con tan solo rozar mis labios con los tuyos, o bajando por todo tu cuerpo. Ya Becky, sabemos que tampoco puedes olvidar ese día, y que lo deseas repetir tanto como yo- Me dijo. Y tanto que llevaba razón, la verdad.
-Tinashe... no podemos. Tú misma me dijiste que podrías meterte en problemas, y tienes toda la razón. Te voy a ser sincera. Yo no olvido ese día. Me hiciste experimentar cosas que nunca había hecho. Me hiciste sentirme mujer como nunca nadie pudo. Y con tan solo quince años me di cuenta que te necesito en mi vida para compartirla con la tuya, y que me hagas sentir viva. Que me hagas sentirme tan tuya como aquel día.
Tinashe dio un suspiro muy hondo
-Becky, podemos quedar cuando quieras para hablar- Me dijo.- Siempre vas a poder contar conmigo pase lo que pase. Siempre vas a tenerme.
La verdad no sé si ya se estaba despidiendo o qué. Pero yo solo quería abrazarla y besarla. Y poder estar así con total normalidad, sin que nadie tuviera que juzgarme. Así que me despedí yo ya que no quería que esta situación fuese a más.
-Tinashe, yo... tengo que irme- Le dije, y ambas asentimos y nos despedimos con un adiós y un beso en la mejilla y ya cada una cogimos nuestros caminos, y el mío fue rumbo hacia casa.
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La vida de Becky
RomanceBecky, una chica de 15 años se va a afrontar a los problemas que la sociedad tienen sobre las personas homosexuales. Con tan solo 15 años se enamora profundamente de una chica llamada Tinashe de 23 años, lo que ella no iba a imaginarse que acabaría...