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•Capítulo Tres 

-Te invito a comer a casa-Me dijo Nikky en cuanto terminaron las clases. Las tardes las teníamos libres.

-No puedo, le he dicho a Tom que comeríamos juntos.

-¿Tom?-Enarcó una ceja-¿Quién es Tom?

-Oh. Ah… Mi… Novio-Traté de sonreír.

-¿Tienes novio?-Me preguntó lentamente.

-S-Sí.

-¡Genial!-Me abrazó.

Por un momento pensé que sacaría a Niall en medio de la conversación. La promesa que nos hicimos él y yo la noche antes de partir había quedado entre nosotros. Que yo supiera, nadie más sabía lo que había ocurrido aquella noche, pero imagino que la mayoría habría imaginado que tras mi partida, nuestra relación se desfasaría poco a poco.

-Bueno, nos vemos mañana, ¿No?-Adujo después.

-Sí. Nos vemos mañana.

Me dio un beso en la mejilla y se fue por el pasillo. Había dicho que tenía que ir a buscar no sé qué que había olvidado en la taquilla. Yo sonreí para mis adentros y me dirigí a la salida. Todo había ido mejor de lo que esperaba. No había vuelto a ver a Louis. Y no es que no quisiera verlo, pero me aterraba volver a ver a Niall y que las cosas se complicaran de repente. Saqué la blackberry del bolsillo y la encendí. Estaba mirando los mensajes cuando oí una voz lejos de mi que llamaba mi nombre. Casi me quedo paralizada. Mis pasos se volvieron más lentos, y contrariamente, mi corazón latía a toda velocidad. Podía jurar que había sido la voz de Niall gritándome desde lejos. 

Ni siquiera me volteé para mirar a la salida, la cual estaba abarrotada de chicos y chicas saliendo y entrando a toda prisa. Traté de volver a tomar el control y caminé rápido, perdiéndome entre las calles de Londres, hasta llegar al apartamento. Entré, suspiré y dejé las cosas sobre el recibidor. Tom aún no había llegado.

Fui hasta el sofá y me tiré en él, encendiendo la tele y poniéndome a hacer zapping, y ni me di cuenta de que estuve así durante más de media hora. Había estado tan ausente que ni me había dado cuenta de que Tom había llegado y se había colocado detrás de mí para asustarme.

Solté un grito y luego le di un golpe en el brazo mientras él reía.

-No vuelvas a hacer eso-Le ordené.

-Ha sido gracioso.

-Sí, mucho…-Ironicé apagando la televisión.

-¿Has hecho la comida?

-No he hecho nada. Creí que dijiste que había pasta fresca en la nevera.

-Ah, sí. Cierto-Fue hasta la cocina, lo seguí.

Y en aproximadamente dos horas, Tom ya estaba volviendo a ponerse la chaqueta para salir y dirigirse otra vez al trabajo. Se despidió de mí con un beso y se marchó.

Como no tenía nada mejor que hacer, me senté y comencé a echar un vistazo a los apuntes que había tomado hoy en clase. No eran muchos, pero suficientes como para que tuviera que tirarme como más de dos horas repasándolos para entenderlos. Había muchas palabras nuevas que no había oído en mi vida, y mientras más leía, más confusa estaba. Y claro, luego estaba Niall y los demás. Tenía que prepararme. Tenía claro que lo vería pronto y no podía quedarme parada frente a él como una tonta. Algo tendría que decirle, aunque ‘te he olvidado y tengo novio’ no creo que fuera lo más adecuado.

Me levanté llevándome una mano a la cabeza y fui hasta la habitación donde había guardado mis cosas más importantes. Rebusqué entre el armario y saqué una caja de madera donde guardaba las cartas que llegó a enviarme Niall durante los primeros meses en Los Ángeles. 

Abrí unas cuantas hasta encontrar la primera que me escribió, me senté en la cama y comencé a leer:

Querida _________:

No te haces una idea de lo que te llego a extrañar. Esto no es lo mismo sin ti. Parece que nadie puede sacarme una sonrisa desde que no estás. Pienso en ti cada segundo, sueño contigo cada noche y me odio por no poder hacer algo para tenerte conmigo. Cuando regreses y volvamos a estar juntos, prometo que recuperaremos el tiempo perdido. Tenlo por seguro.

Hoy Louis se ha cargado una ventana del colegio. Ha golpeado demasiado fuerte la pelota y ha ido directa al cristal. Pero no le ha importado mucho, ya sabes cómo es él. Harry ha estado riéndose de él todo el día y los profesores le han dicho a Louis que tendrá que pagarlo, pero como sabe que lo tendrás que hacer sus padres, no se preocupa en lo más mínimo.

Liam se ha comprado una guitarra nueva y no se separa de ella. La lleva a todas partes. ¡Incluso le ha puesto nombre! Aunque era tan raro que ni siquiera recuerdo.

Espero que estés bien, que te estén tratando bien allí y que tu también me estés echando de menos. Porque yo si lo hago. Te echo tanto de menos que he tenido que comprarme una muñeca hinchable para hablar con ella pensando que eres tú. Jaja, no es verdad, pero créeme que como siga sintiéndome tan solo, no me compraré una, ni dos, ni tres, si no siete u ocho, les pondré una peluca y las vestiré con tu ropa.

Mañana hay evaluación de ciencias y aún ni siquiera he abierto el libro. Prefiero estar escribiéndote esto, para que te llegue lo más pronto posible y sepas que pienso en ti cada segundo. Prometo llamarme en cuanto termine la semana y no tenga tarea acumulada.

Te quiere muchísimo, tu Niall.

Las lágrimas ya se habían aguantado mientras leía, y ahora que ya había terminado, me dejé caer de espaldas en la cama y me eché a llorar. Fue dura la partida, y también lo era el regreso. Sentía que las cosas no seguirían tan bien como lo estaban haciendo ahora en cuanto me parara frente a Niall. Yo había roto la promesa. No importaba si él lo había hecho. Él era culpable de sus actos y yo de los míos, y me sentía avergonzada por aquello, por haberle fallado, pero ya no había marcha atrás. Niall ya no era para mí el príncipe con el que soñaba cada noche, ahora era un simple recuerdo que me causaba lágrimas cada vez que lo recordaba, ¿Pero porque? Sí ya no sentía nada por él, ¿Por qué me dolía tanto recordar los momentos que pasamos juntos? …Lo averiguaría en cuanto lo viera.

Promesas Rotas. (Niall y tu)  T E R M I N A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora