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•Capítulo Veinticuatro 

Los brillantes rayos del sol se filtraron por las ventanas de la habitación de Niall. Mi cabeza estaba escondida en su cuello, una de mis manos reposando en su pecho y una pierna flexionada sobre una de las suyas. Mi pacifica respiración chocaba contra la piel del chico del que estaba enamorada, causándole una suave y dulce sensación que le hacía desear quedarse de aquellamanera para el resto de su vida, pero un móvil interrumpió.

Me quejé, dije algo sin sentido y me apreté más contra Niall. Él se despertó, confundido.

-Cariño…-Murmuró-Espera-Se incorporó de mala manera y estiró el brazo hasta la mesita para coger su teléfono. Miró la pantalla y comprobó que era la alarma. La paró. Suspiró, se pasó una mano por la cara y volvió a tumbarse cuando lo cogí de la camiseta, reclamándolo a mi lado-Era el despertador-Susurró, sonriendo por mi ruda muestra de actitud.

-Abrázame-Le ordené más que pedir, porque aún siquiera había abierto los ojos y solo quería sentir sus brazos a mi alrededor. Escuché su risa.

-¿Eso es lo que quieres? ¿Qué te abrace?

-Sí-Abrí los ojos y levanté un poco la cabeza para encontrarme con sus hermosos ojos azules-¿Qué más podría querer?

-No sé… Quizás un besito de buenos días, un manoseo debajo de las sabanas, un revolcón antes de salir…

-¡Ala!-Le golpeé en el pecho, riendo. Él también lo hizo, después se tornó más serio y me acarició, mirándome a los ojos de una manera extrañamente tierna, diferente. Me intimidó y casi me sonrojé.

-Hablo en serio, _____. Quiero decir, no ahora pero, quiero sentirte mía. Necesito sentirme mía. Como hace dos años… ¿Recuerdas?

-Niall… ¿Cómo voy a olvidar aquellos momentos?-Me incorporé un poco para poder mirarlo completa y fijamente a sus ojos-Fuiste el único al que me entregué realmente. Contigo lo compartí todo… Y lo seguiré compartiendo.

Una sincera sonrisa se dibujó en su rostro. Me cogió de la barbilla y acercó mi rostro al suyo para unir nuestros labios en un profundo beso.

-¿Qué hora es?-Le pregunté después.

-Van a ser cerca de las nueve y media. ¿Quieres bajar a desayunar, nos arreglamos y salimos?

Asentí eufóricamente con la cabeza. Ambos reímos, me tiré sobre Niall para abrazarlo y él me estrujó entre sus brazos. Jugamos un rato más en la cama. Niall me dejaba besitos por la cara; frente, mejilla, nariz, labios… Luego los bajó por el cuello y me mordió el lóbulo de la oreja cuando se colocó sobre mí y yo no pude contenerme la risa.

Minutos después, nos encontrábamos en la cocina. Niall untaba mermelada en varias tostadas y yo me encargaba de llenar dos tazas de leche. Sentí frío en las piernas, ya que solo estaba cubierta por la sudadera de Niall. Me alcé de puntillas para guardar el brick de leche en un armario y noté la mirada de Niall detrás de mí, embobado.

-¿Qué?-Pregunté.

Su mirada subió hasta mis ojos. Negó con la cabeza y rió.

-Nada. Déjalo. A veces mi mente se va lejos de aquí…

-Am… Pues regresa. Tenemos que desayunar-Cogí las dos tazas, y acompañada de Niall, quien cargaba dos platos con sus respectivas tostadas, nos sentamos en le mesa y desayunamos como una pareja feliz.

•Capítulo Veinticinco

-¿Te apetece un helado?-Me preguntó Niall.

-Em… Bueno, está bien-Me encogí de hombros y le sonreí.

Promesas Rotas. (Niall y tu)  T E R M I N A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora