Lemon Yaoi. || FNAFHS; One-Shots

~Deuz x Loon~

Afrodisíaco.

¿Por qué había tomado aquello?

Sabía lo que era y de todos modos lo hizo.

Todo por culpa de BonBon, su amiga la cual le dijo que lo haría sentir de maravilla. Y el inocente Loon se dejó, sin saber de manera exacta que tan malo podía llegar a ser.

Sentía su cuerpo raro, de vez en cuando leves corrientes pasaban por todo su cuerpo, concentrándose en su parte baja.

...

Sus mejillas ya tenían un tono carmín sobre ellas, le ardían, aunque eso no era lo que más le importaba en ese momento. Estaba preocupado por la necesidad que sentía en tocarse, nunca había experimentado aquello de tal manera.

Y por toda la necesidad, le tuvo que hacer caso a su cuerpo.

Desabrochó el botón de su pantalón, para luego seguido de eso bajar la cremallera, de su —ya— apretado pantalón. Bajó la prenda por completo, hasta quedar con sólo un bóxer que lo cubriera.

—Ngh —reprimió un gemido, sentía el roce de sus dedos sobre su miembro erecto.

“Aquella droga sí que hacía efecto rápido”.

Comenzó a tocar su miembro por sobre la tela de su ropa interior, de una manera lenta; intentaba disfrutar lo máximo posible.

Se quitó el bóxer al igual que lo había hecho con su pantalón minutos antes. Podía ver como su erección palpitaba de vez en cuando.

Inició tocándolo con la punta de sus dedos por distintas partes a través de lo largo; lograba sentir pequeñas gotas de pre-semen alrededor de su pene, dejándolo un poco pegajoso.

Soltaba gemidos bajos de vez en cuando, intentando no levantar la voz del todo, aún se acordaba del lugar en donde estaba.

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Habían ido a una fiesta, era en la casa de Fred, el más popular en todo el colegio. Bebidas, alcohol, y algunas personas con droga, mientras que la mayoría estaba follando en las habitaciones.

¿Algo malo?
Pues en la fiesta, algunos de los dormitorios no tenían seguro, cualquiera podía entrar y mirar que hacías ahí adentro.

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Y claro, estaba en una de esas habitaciones, aunque cerró la puerta, sabía que cualquier persona podía entrar. Pero eso lo tuvo que pensar antes; ahora estaba demasiado excitado para detenerse.

Se empezó a masturbar de una forma lenta, le dolía, pero no quería apresurar las cosas. Con el paso de los segundos iba aumentando el ritmo de su mano; mientras que sus gemidos, crecían de intensidad con el tiempo.

Luego de tener una rapidez marcada, y haberse corrido una vez, pero todavía con una erección, decidió que con sólo eso no le alcanza.

Lamió dos de sus dedos, intentando que quedaran lo más húmedos posibles, pasando su lengua por todo el largo de ellos.

Al ya estar empapados en saliva, llevó la mano hacia su trasero, en donde de manera lenta introdujo uno de sus dedos. No le dolió en absoluto, casi ni siquiera lo sentía por el placer que se daba con la otra mano en su miembro.

Comenzó a mover su dedo dentro de él, movimientos unos tras otros, todos seguidos mientras que de vez en cuando daba círculos. Gemía de forma moderada, aunque cualquiera que pasara, si escuchaba bien, lo oiría.

Añadió otro dedo, esta vez abriéndolos a modo de "V", separaba y juntaba sus dedos, los llevaba lo más a fondo posible. Ya hasta se olvidó de su miembro por concentrarse en su orificio.