"No me sigas princesa que te puedes quemar-Le susurró él al oído.
Ella lo observa, una gota de sudor frió se desliza por el costado de su rostro.... su cuerpo se estremeció."
¿Ellos porque son tan parecidos?, ¿Porque tienen poderes y cambios similar...
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Las clases terminaron, Jack me estaba esperando para ir a la playa. De hecho no tenia tantas ganas de ir con el pero, ya se lo prometí y promesa que hago la cumplo.
La felicidad me recorre y se hace presente constantemente ya que, ¡Adrien es mi guardián! No lo puedo creer, eso significa mas tiempo con el. Mas besitos...¡¡No, no que piensas Jianna eso no va pasar... Todavía!!
—Segura que sobrevivirás al ataque de Adrien—Se burlo Dianna levantando las cejas repetidamente.
No aguante las ganas de revelar mis sentimientos hacia Adrien a Dianna, y ya que ella sabe sobre los Sulino's le podre contar todo de lo que pase entre Adrien y yo, o mejor dicho contarle lo que mi imaginación ve cuando esta cerca de mi acariciándome con su dulce aroma, que para mi es único.
—Tranquila, podre resistir la cantidad de mariposas atacando mi estomago haciéndome babear por el—Le guiñe un ojo.
—Eso espero-Se despidió para luego seguir caminando a su destino—Te deseo buena suerte con Jack.
Suspire y me dirigí al lujoso auto de Jack, este me esperaba con una sonrisa provocativa, le gire los ojos como respuesta.
—Rápido, no tengo todo el día—Le dije entrando al auto, solo quería que pasara rápido para poderme ver con mi Adrien... No es mio todavía pero lo sera. O eso creo.
—Y si terminamos... Ya sabes—Levanto sus dos cejas.
—Mejor deja esos pensamientos a un lado, soy capaz de bajarme y dejarte plantado aquí—Gruñí para luego abrir la puerta del auto.
—¡No! Espera, tranquila linda, no pasara nada—Suplico mientras agarraba mi mano impidiéndome salir. Suspire.
—Haré como si no hubieras dicho nada de eso. Pervertido—Me cruce de brazos.
—Gracias—Poso sus labios en mi mejilla y procuro encender el auto. A lo lejos vi como Adrien se despedía de sus amigos mientras la maldita de Rita sobaba su brazo como si fuera su dueño.
Sentí como una chispa se encendía dentro de mi, seguramente mi rostro estaba completamente rojo como un tomate. Adrien no se enamorara de mi si esa maldita sigue interponiéndose en nuestro camino.
El auto comenzó a andar cada vez acercándose a esa escena tan horrible que estaba sucediendo, mis manos tornaron la forma de un puño.
Pose la mirada fija en Rita. Entre cerré los ojos, me concentre demasiado hasta sentir como todo iba en cámara lenta. Rita enrollaba los perfectos cabellos de Adrien en sus dedos, a sus pies había un charco de agua el cual hice que con la mirada se juntara con unos cables de electricidad haciendo que esta cayera al suelo electrocutada, sus extensiones estaban erizadas y completamente quemadas.
Una sonrisa satisfecha se formo en mis labios. El tiempo volvió a pasar con normalidad.
—A que se debe esa sonrisa—Pregunto Jack mirándome por el reflejo del espejo.
