En aquel cuarto oscuro y frío se le pasaba el tiempo volando, se sentía como si estuviera en su burbuja en la que nadie podía entrar, porque al fin y al cabo eso es lo que ella pensaba de si misma; que era era una persona oscura, fría, distante y poco directa a la hora de hablar, que quizás por eso tenía tanto miedo sobre qué o cómo opinara la gente sobre ella; pero sin dudarlo su mayor miedo era el rechazo, y por eso alomejor no sabía si no tenía amigos porque no hablaba o no hablaba porque no tenía amigos.
Sólo leyendo aquellas páginas de los libros y novelas que le hacían transportarse en el tiempo y poder imaginarse a los personajes, o dibujando en aquel cuaderno negro lleno de bocetos y chorradas mientras escuchaba esa música que a todo el mundo le parecía tan extraña y a ella le encantaba, o simplemente pensado en los exámenes y deberes que tenía que hacer para el día siguiente... se sentia en su mundo, en eso y en mucho más es en lo que se le pasaba el tiempo, tanto que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba sonando el timbre que indicaba el comienzo de la tarde, ese timbre era como la aguja que pinchaba su burbuja y lo rompía todo, le hacía volver a la realidad, volver a las clases, volver a soportar los sermones de los profesores y a los compañeros de Instituto, pero mucho peor es volver a soportar una vez más a Jake, el engreído e idiota que tenía que compartir clase de biología con Natalia.Cuando entró por la puerta su primera impresión de la clase fue ver a todo el mundo de pie o sentado en las mesas hablando y gritándose entre sí. Lo único que se le ocurrió a Natalia fue buscar un sitio libre lo más alejado posible de el resto de la clase, y así lo hizo; lo encontró y se fue a sentar mientras esperaba al profesor, que resultó ser uno nuevo ya que el antiguo se marchó de la ciudad.
Una vez que el nuevo profesor se presentó a toda la clase y les contara un poco su vida, decidió hablar sobre de lo que iba la asignatura, sus métodos de trabajo y sobre como quería que se comportase, pero de repente sonó un tremendo ruido que venía de la puerta, eso significaba dos cosas: o el director del Instituto decidió hacer una visita inesperada o un idiota llegaba tarde. Desgraciadamente se abrió la pueta y resultó ser la segunda opción, apareció Jake entrando a la clase como si él fuera el centro del universo y todo el mundo tuviese que estar contemplandole... Era el típico chaval "popular del instituto", idiota y engreído de pelo negro y ojos verdes, miraba a todo el mundo por encima del hombro y era un tanto egoista, pero al fin y al cabo Natalia no podía negarlo, no era especialmente feo... el problema es que todo eso que tenía de guapo se lo quitaba lo muy idiota que era y su capacidad de actuar como si nada ni nadie le importase, actuar como si él fuera el centro del universo y todo el mundo tuviera que contemplarlo.... pero bueno eso ya lo he dicho antes.Cuando ya por fin decidió ir a su sitio a sentarse se dio cuenta de que su sitio estaba ocupado y dio un gran golpe contra la mesa gritado que por qué su sitio estaba ocupado por un friki. Y ya cuando pareció que no había profesor en clase por los gritos que se estaban formando, este decidió aparecer y organizarlo un todo un poco, pero lo peor fue su magnífica idea de sentarle al final de la clase como "castigo", y como no ese único sitio que quedaba libre era al lado de Natalia. No era suficiente ya con las clases que compartían, sino que también tenía que aguantarlo al lado suyo...
Cada minuto que pasaba parecía una hora y la clase se hacía enterna, mientras, Natalia distraída con lo suyo, pensado en sus numerosos problemas y dibujando en su cuaderno, que a la más mínima que miraban de reojo, ella lo cerraba de golpe para que no pudiesen ver ni lo más mínimo de sus bocetos.
Cuando ya quedaban solo cinco minutos para acabar la odiosa clase y Natalia estaba desesperada mirando su reloj sonó la voz del profesor llamándola, le dijo que si podía salir a a la pizarra esos tres minutos que quedaban y terminar de resolver la pregunta que nadie era capaz de hacerlo, y bueno, que más remedio que hacerlo ya que con "la voz tan dulce del profesor" le dijo que si no consegia resolver la pregunta no iba a dejar salir a nadie de la clase ya que la veía muy distraída. Se se fue a la pizarra esperando haber si por algún casual le venía la inspiración y la respuesta, ya de paso, para no tener que aguantar más miradas incómodas o gruñidos de sus compañeros. Mientras Natalia seguía esperando en la pizarra intentando acordarse de algo aunque sea de lo más mínimo de la explicación... per mientras tanto llegaban a sus oídos los incómodos comentarios tipo: !vamos friki! ¡no eras tan empollona, pues responde a la pregunta y dejamos salir ya de aquí...! Cuando el profesor se dio por vencido dado que llevaba diez minutos "pensado" en frente de la pizarra, decidió dejarnos salir, pero con una condición, y esta fue que gracias a los comentarios, suspiros y gritos hacia Natalia tendrían que hacer un trabajo en parejas según como están sentados en clase para la semana siguiente. Y ahí es cuando Natalia lo único que quería era salir de la clase, alejarse de la gente y meterse en su mundo, y que otra cosa mejor que volver al cuarto de la limpieza; su burbuja.Cuando se le ocurrió mirar el reloj ya eran las seis y media, así que recogió todo y se marchó a su casa, subió a su habitación y no único que se le ocurrió fue enviarle mensajes a Jake ya que le había tocado con él en el trabajo y no era muy responsable que se diga... Natalia estaba sentada en su escritorio cuando le pareció reconocer a Jake en la ventana justo en frente a la suya, el único problema es que sabía donde vivía, y ahí no era porque su tía residía en el mismo edificio que él, y así fue, era él; se asomó a la ventana y vio unos extraños dibujos en la pared del cuarto en el que se encontraba, no le dio mucha importancia y siguió con lo suyo, le gritó a Jake que por que no contestaba a los mensajes. Este la miro con cara extraña y lo único que le dijo fue que se conectara por la noche y la contestará.
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Crónicas a través de un Diario
FantasyNatalia, una chica del montón, pasaba desapercibida por el Instituto, se sentaba al final de la clase para que no se fijáran en ella e intentaba no destacar mucho. No era ni guapa ni fea, ni simpática ni antipática, ni maja ni borde; simplemente era...