Cap 8

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Desperté bruscamente al escuchar golpes, llamando detrás de la puerta. Me frote los ojos y miré el reloj de la cómoda, gemí molesta al darme cuenta que eran las siete y media de la mañana. Estar levantada en domingo a esta hora lo consideraba inhumano. Con pereza, me levanté y con la fuerza suficiente, giré la perilla de la puerta de mi habitación. Lo primero que vi fue un Wonho vistiendo solamente un pantalón de pijama.

puta mierda por que tenia que ser tan condenadamente sexy

Luego de haberlo observado "discretamente", fruncí el ceño y me crucé de brazos. Tenía que recordar que no llevaba sujetador por debajo de la fina blusa de mi pijama.

-¿Qué es lo que quieres? -no quería volver a verlo después de que básicamente me traiciono y echo a la boca de los lobos.

-Tú mamá está esperándote en la cocina -permanecía serio mientras me observaba de pies a cabeza. Pensé que se disculparía por haberme traicionado, pero en vez de eso, dio media vuelta y desapareció de mi visión. Suspirando, me dirigí al cuarto de baño y lavé mi rostro, alejando cualquier residuo del sueño. Ente en la cocina y vi a mi madre sentada con sus brazos recargados en la barra, mientras leía una revista de recetas.

-Buenos días -dije con un tono agudo sentándome frente a ella, esperando que el enojo de la noche anterior se hubiera disipado, al menos en ella.

Levantó la vista, cerró la revista y se cruzó de brazos. Noup, seguía muy molesta.

-Ya que no terminamos de conversar sobre lo ocurrido ayer, debes imaginarte el castigo que tendrás-sí, me lo imaginaba y no era nada bueno.

-Todo es culpa de Wonho-susurré, frunciendo los labios. Esto era verdaderamente injusto.

-_____, no eres algo grande como para culpar a otras personas por tus acciones? ―me miró como si hubiera cometido un asesinato, tampoco era para tanto. Además era la verdad.

-Pero mamá...

-No he terminado -me interrumpió, levantando la mano y rodeé los ojos. Esta mujer podía ser exasperante aveces

- Tú padre me dijo que ésta vez, yo decidiré el castigo - GRACIAS SEÑOR. La miré, sintiéndome aliviada por no escuchar los sermones de conducta de papá.

-Cuál será el castigo? -pregunté, nerviosamente. Sabia que a pesar de todo, esto no seria nada bueno

-Harás los quehaceres de la casa- Mierda- y no me refiero superficialmente - odio mi vida-. Comenzarás por la cocina, la sala, el baño, las recámaras y terminarás en el jardín, que por cierto, le hace falta una buena limpieza- Listo Dios por que no mejor me matas.

- ¿Hablas en serio? ―obviamente esto era mucho mejor que tener prohibidas las salidas por meses, pero sinceramente, odiaba tener que limpiar toda la casa.

-Ah, también harás las compras cuando termines - *Algo mas... un helado tal vez?* se levantó de su lugar, abrió uno de los cajones de la cocineta y colocó una hoja de papel en la mesa. Lo tomé sigilosamente y leí el contenido, suspiré por la cantidad de alimentos que estaban escritos. Tendría que entrenarme para Hulk luego de traerlo todo. Este seria un día muy pesado.

-¿Es todo? ―pregunté, confundida. Imaginaba que iba a decir algo peor, como cuidar a los niños de la vecina o acudir a servicios comunitarios.

-Que ¿No es suficiente castigo? ―arrugó la frente, dispuesta a agregar otro castigo.

-Que? no... digo... si... digo... Que mala eres mami esto es demasiado - hable torpemente antes de que me impusiera otro castigo aun peor.

-Bien, y por favor que no se vuelva a repetir, ¿de acuerdo? -asentí, mordiéndome el labio. Un castigo como éste era fácil en cierto punto, aunque no me parecía justo que tuviera que responder por la mentira del estupido de Wonho. Pero decidí no insistir en acusarlo, terminaría limpiando la casa por todo un año.

Viviendo con un Idiota (Wonho Y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora