VI×Lunes

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Comienzan la mañana con deporte. Tú estás en el borde de la cancha platicando junto a Jaq cuando escuchas tu nombre.

— ¿Si? —preguntas cuando llegas al lado del profesor.

—Me debes la prueba de flexión de brazos y cardio —explica él sentado con un montón de papeles en frente suyo y el libro de calificaciones. Entonces mira hacia arriba, te mira, pero no a tus ojos.

Su vista está clavada en algo que parece ser tu cuello, tal vez tu mandíbula. Tú sólo asientes y te mueves, algo incómoda, entonces él te mira a los ojos y ahí se queda, pero es aún peor.

Te molestas ante esa actitud tuya y te das un golpe mental.

—Entonces, ¿las tomará o no? —preguntas en modo altanero, con chulería. Él hace amago de una sonrisa, en la esquina derecha, y crees que es el colmo.

Pero no, entonces él se levanta y sobrepasa tu altura, rebajándote de inmediato. ¿Qué mierda se está creyendo?, piensas. ¡Es tu maldito profesor!

— ¿Justo hoy decides no usar maquillaje? Deberías echarte un vistazo al espejo —te dice en el oído y luego pasa a tu lado.

Cierras tus ojos, controlando unas enormes ganas de atizarle el hocico, porque parece que él lo hace a propósito, eso de sacarte de tus casillas.

Luego de dar tus pruebas pendientes te diriges al baño a refrescarte y cuando estás bebiendo agua del lavabo te tratas de convencer de que esto es rutinario, y una mierda que tú eres una mujer, pero al levantar tu mirada al espejo y divisar unas cuantas marcas violáceas que se reparten por el superior de tu cuello, casi ocultas, no puedes evitar pensar en tu estúpido profesor.

Rookîe AmørîsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora