VII×Jueves

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Son las 9:30pm y estás en tu habitación cuando recibes un mensaje.

"¿South? ¿North?

¿Estás libre?". Jaq.

"¿Para ti? Tendría que pensarlo". N.

"Anda, chica, que te conviene jj". Jaq.

Tú solo le dices un sí y tomas algo de dinero y tus llaves para reunirse en el lugar que te ha indicado. Cuando llegas a un parque que está alejado del centro te encuentras con él y notas que va ebrio.

— ¿Has estado bebiendo, porquería? —le preguntas con una mueca de asco pero luego te ríes. Entonces él asoma desde de su saco un whiskey sobre la mitad, con una mirada pícara.

—Recurrí a la indicada, supongo —dice encogiéndose de hombros.

—Animal, ¿pretendes que yo me beba eso solo? —bufas.

—Pues no traigo nada de bebida nena, lo tomas o lo dejas —y te lo tiende. No le das muchas vueltas y coges la botella. ¿Desde cuándo has sido exigente tú? Lo empinas sobre tus labios y sin medir una porción, das tu primer trago.

Luego el segundo y tercero y entonces sacas de tu chaqueta un paquetito.

— ¿Tienes papelillos? —Jaq te ofrece algunos, todos arrugados, sin dejar de mirarte y tú comienzas a armarlos— ¿Tengo algo en la cara? —le preguntas brusco y él niega, le entregas la botella y él la coge dándole otro sorbo.

Sacas el fuego y enciendes el papel, inhalando el humo que recorre tus pulmones. Le das dos caladas más y se lo ofreces a Jaq.

—Bendita la buena yerba —sonríe y lo recibe, devolviéndote el wiskey.

De repente van por la calle, deambulando y son las 10pm. La botella de wiskey ha desaparecido y es que no han tardado mucho en acabarla. Tú no estás del todo bien y Jaq demasiado borracho para tu gusto. Van riéndose y él sube un brazo sobre tus hombros, pero le dejas. Tampoco te molesta, sin embargo él comienza a irse sobre ti y ya no es divertido.

—Hombre —le dices—, contrólate.

—No, no... —contesta, medio sonriendo, y su ojos demasiado distorsionados—, déjame besarte Noortje, anda.

Tú lo empujas y él vuelve, tomándote las manos con algo de fuerza y "vamos nena, sé que quieres"

—Jaq, maldito idiota —y le das un puñetazo en su nariz, haciéndole sangrar. Pero jesús, él sigue en pie y no da señales de alejarse. Entonces estás dispuesta a darle una patada en los huevos cuando, sin previo aviso Jaq cae al asfalto y no vuelve a pararse. Se te han adelantado.

Das vuelta a tu izquierda y te encuentras con tu profesor. Cuando creías que no se podía poner peor.

— ¿Qué mierda has hecho?

Él te mira sin entender totalmente y luego se ríe. Jamás lo habías visto reír.

—Lo mismo que tú —sus ojos oscuros no se despegan de ti—. Es un gillipollas, se lo merecía.

— ¿Y ahora qué hay con él? —frunces el ceño y lo señalas, balanceándote un poco debido a los grados de alcohol en tu sangre. Y parece que Jaq realmente se ha dormido.

Él lo sube a su hombro sin mucho esfuerzo y lo carga hasta dejarlo en unas bancas del parque. Tú te le quedas mirando estupefacta y cuando vuelve le dices—. ¿Lo vas a dejas ahí? —él se encoge de hombros y asiente.

—Estará bien, tampoco es primera vez que le pasa —dice sin pena alguna—, además, es su culpa por haber bebido tanto.

Tampoco te preocupas.

— ¿Qué haces aquí? —caes en la pregunta más importante.

—Vivo cerca —se cruza de brazos—, ¿y tú?

—Andaba con Jaq.

—No me refería a eso.

Lo piensas por un momento y luego te ríes.

—Oh, pues vivo del otro lado del centro en realidad —pasas una mano por tu cara y ves una pequeña sonrisa en su rostro.

—Ya veo —asiente— así que, estás lejos, y un poco ebria —se te queda viendo, serio. Estás bastante ebria, la verdad—. Quieres tomarte un café... o, ¿algo? ¿un vaso de agua?

Lo discutes en tu mente y no parece buena idea. Definitivamente no, te tardas en responder pero...

—Está bien.

Rookîe AmørîsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora