》Dieciséis《

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—Listo.—susurró Natacha terminando de escribir.

—Él sabrá que fuiste tú.

—Tremendo voto de confianza.

—Sólo digo lo que es posible.—Justin suspiró—. ¿Por qué dices que funcionará?

—Tengo la misma letra de mi mamá y sólo yo sé hacer su firma a la perfección.

—Déjame leer la carta.

—Ponte algo en las manos, no podemos dejar huellas.—ella caminó hacia él.

—Me gusta cuando te pones en esa faceta de mando, me excita.

—¿Estás caliente?—ella sonrió.

—Es la temperatura normal de mi cuerpo cuando estoy cerca de ti.

—Y sí, estás caliente.

—¡Uno no puede decir cosas lindas sin que crean que uno quiere sexo!

—Te conozco mosco.

—Ya.—se puso unos guantes—. Dame la carta.

—¿Qué?

—Natacha, concentrate, deja de mirar mi pene.—sonrió.

—Estaba pensando.—rodó los ojos.

—¿Anthony?

—Lorena.

—No quiero hablar de ella.

—Yo sí quiero.

—Déjame leer la carta.—Justin tomó el papel, comenzó a leer y sus ojos y boca se abrían ligeramente ante algo inesperado.

—Mamá sabía lo peligro que era, por eso me dejo su diario.—le quitó la hoja de las manos y la guardo en un sobre.

—Ese hombre es un loco, ¡un sádico!

—Abuso de la madre de Lorena, espero a que ella diera a luz y luego la mató, todo su infancia le hizo creer que ella los abandonó, por eso Lorena o Diana es tan mala, su padre la ha convertido en eso.

—Lo vuelvo a decir, siento lástima por ella.—Justin se acercó a ella y le beso la coronilla—. Tú cabello tiene un olor increíble.

—¡No estamos hablando de mi cabello!

—¡Sí!—se alejó de ella—. Me concentró.

—No te alejes, sólo concentra tus sentidos en el tema.—hizo un leve puchero.

—Eres tan tierna cuando haces puchero.—la tenía apegada a él.

—Eres tan tierno cuando ríes y se te hacen unas pequeñas arrugas en las esquinas de tus ojos.

—Te amo, te amo de verdad Natacha.

—También lo hago.

—Pero tienes que decir las dos palabras, si no, no es la misma emoción.

—Tonto.—rió con dulzura—. Te amo.

—Eso si es lindo.

—Te estás poniendo cursi.

—¿No te gusta?

—Déjame pensar…Me encanta.

—Es bueno escuchar eso, ahora, ¿cómo vamos a entregar esa carta?

—Tú no te metas, el lío es mío.

—Tú eres mía, y ese problema es mío.

—¡No te quiero metido en esto!

The Hot Criminal® (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora