»Veinticuatro«

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Una semana había pasado desde la última vez que lo vio salir de su casa, una semana en la que se estaba volviendo loca, pero hoy por fin lo volvería a ver. Justin la había estado ignorando, en todas las llamadas ella perdió el orgullo y le rogó.

—Otra vez.

—Escucha Bieber, está no es una de mis llamadas rogando para que vuelvas, mueve tu maldito trasero aquí si no tendré que ir yo y créeme, ando con unos ánimos de perro.—Natacha escupió con rabia y colgó.

Su amiga estaba frente a ella, toda golpeada y asustada.

—Los voy a matar, nadie se mete con la gente que quiero, pero no entiendo, el por qué te hicieron esto.

—Es por lo que descubrí...

—¿De qué hablas?

—Nat.—suspiró—. Amiga, Xavier...Él no es tu verdadero padre.

La sangre de Natacha se congeló, su corazón se paralizó, en sus oídos escuchaba una y mil veces que el hombre que la había criado no era su padre.

—No, no y no. Eso es una maldita mentira.

—Nat.—sollozo con fuerza—. Tienes que creer en lo que digo, yo jamás te haría daño, me sacaste de la mierda, te debo la vida.

—Jess, mamá...Ella no pudo haberme mentido.

—No sabía la verdad, hasta cuando...

—¿Hasta cuándo qué?—Justin entró al lugar.

—Cuando naciste.

—Si Xavier no es tu padre, entonces, ¿quién es?—Justin se sentó y con él sentó a Natacha.

—El hombre que más odias.—Jess susurró.

—¡No puede ser él!—el dolor era notorio en la voz de la chica—. ¡Mi padre es Xavier, todo es mentira, mamá jamás me diría mentiras!

Justin apretó a Natacha contra su pecho, la amaba, y odiaba verla llorar y sufrir.

—Calma.—besó la frente de Natacha—. Amor, no te pongas así.

—No más amor, no más nada Justin, estoy cansada del dolor, de llorar y sufrir. Ese hombre me odia, ¿Cómo puede ser mi maldito padre?

—Lo es.—Jess sonrió triste.

En un par de segundos los balazos comenzaron a sonar en los oídos de Natacha, se escuchaban lejanos y ajenos a su pelea interior. Justin se levantó de su lado y saco su hermana.

—Jess pon a Natacha detrás del sofá.—Justin ordenó.

Natacha no ponía de su parte, era como una estatua, no se movía ni asociaba lo sucedido.

Un hombre entro por la ventana y le disparó a Jess en la pierna, Justin se volteó para disparar, pero en un abrir y cerrar de ojos Natacha se desplomó en el piso con un gran charco de sangre. Justin le disparó al hombre y corrió hacia Natacha, sentía un dolor en su ser, sentía el dolor físico de Natacha en el alma.

—¡No, abre los ojos!—Justin tomó a Natacha en sus brazos.

Los disparos seguían, escuchó motores, seguían llegando hombres al lugar, pero escuchó esa voz, esa voz familiar y ronca.

—¡Alto, no sigan disparando!—Anthony gritó.— El que se atreva a presionar el gatillo lo buscaré y le haré pagar por cada bala.

Ese hombre producía un horrible miedo, nadie se movía, sabían muy bien que con Anthony Johnson no se juega.

—Gracias por la ayuda.—Justin tomó a Natacha en su brazos, no podía perder más tiempo.

—No lo hago por ti, lo hago por mi hija, ahora camina hacia el auto, nos vemos en el hospital.

—Esta bien.

Justin corrió, en su interior sentía que en cualquier momento alguien iba a sacar su arma y a ponerle un tiró en la cabeza. Jess miró a Anthony desde una esquina, su corazón latía a mil.

—Ven aquí Jess.—él mandó y ella obedeció como un robot.

—Perdón, no pude seguir guardando el secreto.—lloriqueo.

—Fuiste una mala chica Jess.

—¿Vas a matarme?

—Debería.

—Perdóname Anthony, yo te amo, no me apartes de tu lado.—chillo.

—Si mi hija me odia te mataré.—susurró en el oído de Jess.

Jess siempre supo que Natacha era hija de Anthony, lo descubrió cuando buscó los expedientes de la madre de Natacha, se dio cuenta que Natacha había nacido prematura según su madre, pero no era cierto, ella ya estaba embarazada cuando se casó con Xavier y Anthony era el padre de aquella niña. Lena fue una buena mujer, su único pecado fue haber estado enamorada de dos hombres.

Jess adoraba a Natacha, esa mujer la saco de la miseria muchas veces y la defendió con su vida, pero antes era mujer y luego amiga.

—Debes aprender a ganar el cariño de Natacha.—Jess susurró en el auto. Iban de camino al Hospital.

—Jess, amor.—Anthony tomó con fuerza la mejilla de Jess—. Ella ha creído por años que soy en el enemigo, por años nos hemos intentado matar, ¿Crees que será tan fácil como decirlo?

—Eres un buen hombre.—la chica tomo la mano de Anthony con delicadeza—. Un poco bruto y casi cavernícola, pero sé que tú quisiste a Lena, y si hubieras sabido antes que Natacha era tú hija, jamás le hubieras hecho daño.

Anthony paso su mano por el rostro de Jess.

—¿Quién te hizo esto?—preguntó él haciendo alusión a los golpes.

—Lorena.

—¿Por qué?

—Dijo que me alejara de ti, yo respondí que no lo haría y mando a sus matones a darme un escarmiento.

—Hija de pe...

—Tranquilo, ella no va a lograr nada.

—Lorena no es mi hija.

—Lo sé, soy Jess Hacker, mi apellido lo dice todo.

—Pero la quiero.

—Lorena quiere a matar a Natacha.

—Si Lorena llega a tocar a Natacha, yo la mato.

—Natacha es igual a Lena.

—Yo daba mi vida por Lena, cuando me dijeron que ella estaba embarazada, lloré de la emoción, ella iba a tener un hijo mío, la fui a buscar, le propuse matrimonio y me rechazo, dijo que ya no me amaba como antes y que el bebé era de Xavier. Me sentí traicionado, él era mi mejor amigo y ella la mujer de mi vida, esa historia que Natacha cree, es sólo lo que Lena quiso contar, no quería perder a su hija y menos a Xavier, pero él sabía la verdad.

—¿Qué harás para que ella crea está nueva historia?

—Escuchará la verdad.

—De tu boca no creerá nada.

—De la mía no, pero de Lena y Xavier sí.—Anthony miró a la nada.

The Hot Criminal® (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora