1. Primera impresión

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-¿Por qué?- le pregunte a mi madre de nuevo.

-¿Tienes qué preguntar lo mismo tantas veces?- me contestó ella.

-Sólo hasta que quieras contestarme- repuse, en tono de obviedad.

-Ya te lo he explicado.

-Si, pero eso no me sirve.
-Pues pregúntale a tu padre.

-Me dirá menos de lo que tu me dices, y eso ya es mucho decir.

-ROSE!- me reprendió mi madre.

-¡SOLO CONTESTA! ¿Por qué tuvimos que mudarnos?

-Porque no puedes cargar toda tu vida con una vida al estilo reina. El dinero se acaba, querida, eso ya lo sabes. No puede ser tan malo, verdad?

Pfff, claro que no. Sólo seré la nueva chica del colegio, lo que significa que seré víctima de burlas, demasiada atención, comentarios idiotas por parte de los profesores, arreglarmelas sola, etcétera etcétera etcétera. Pero preferí ahorrarme los comentarios.

-Ya vas a acostumbrarte.- me dijo ella. -Puedes traer a alguna chica del instituto hoy a casa si quieres.-

Revolee los ojos y dije un casi inaudible "bien". Porfavor, como si las amigas fueran tan fáciles de obtener como una pelusa del suelo.
Subí a mi cuarto a cambiarme después de comer algo, tome mi bolso y me dispuse a caminar hasta el colegio.

-¿Tomarás el autobús?- pregunto mi padre en cuanto me vio bajar.

"Estas de broma? Quieres que siga llamando la atención?"

-mmmmm... No lo se, tal vez.

-Esta bien. Diviértete. Y no te metas en demasiados líos.- dijo, riéndose de su propio chiste.

"Claro, porque quiero hacer volar el agua de todos los inodoros al estilo Percy Jackson, y luego depositar los cubos de basura empapados en el aula de profesores. Qué va."

Camine hasta llegar al colegio. En cuanto llegue, supe que este no sería un buen día que digamos.
La entrada del colegio estaba minada de chicas con pinta de zorras y un montón de chicos que se gritaban cosas estúpidas y reían todo el tiempo. Todos parecían muy entretenidos en lo que estaban haciendo, y por un microsegundo creí que tal vez podría pasar desapercibida.
-¡Eh, tu!

Mierda.

-¡Eh, la del bolso violeta!- volvió a gritar alguien. Me voltee y ví a un chico rubio que me sonreía rodeado de una masa de idiotas que reían a carcajadas.
-Con que nueva, eh?- me límité a asentir frente a su pregunta. -¿Y cómo te llamas?- Porfavor, ¿es que nadie le enseñó a este chico a no acosar a la gente con preguntas?

-No te importa.- murmure, dispuesta a seguir caminando.

-¿Cómo?- volvió a preguntar el rubio (idiota, ejem... Ejem...)

- NO. TE. IMPORTA. - le dije, más alto, y arrastrando las palabras como si aquel chico fuera infradotado (tal vez lo era, todavía no hay que descartar posibilidades).

Todos los monos que estaban a su alrededor hicieron una exclamación de "UUUH!". El chico rubio levanto una ceja, y se levantó para dirigirse a mi.

Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.

"Creí que habías dicho que no ibas a meterte en problemas ni a llamar la atención." Me dije a mi misma. "Ahora mira lo que has conseguido."

No ganas nada con un capricho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora