9. No doy ni una en el clavo

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-¿QUE HIZO QUÉ?- casi gritó Simon, al tiempo que yo le hacía un gesto para que bajara la voz. -Yo lo mato, enserio, no puede...

Al sonar el timbre del receso, le había pedido a Simon que se quedara conmigo en el aula. Habíamos pasado ahí alrededor de 10 minutos, durante los cuales le había contado todo lo me pasó desde que nos vimos por última vez hasta que entré en la clase con tardanza, y no había omitido ningún detalle.

-¿Vas a dejarme terminar?

-Si, perdón, pero es que...

-YA ENTENDÍ. Te agradecería que me dejaras continuar con la "feliz" historia. -Simon se rió cuando entrecomillé la palabra "feliz" y levantó ambas manos en señal de rendición. -Bueno, después de eso le pedí que me trajera de nuevo, y a decir verdad, me sorprendió bastante que accediera. Pensé que lo que haría a continuación sería dejarme plantada en el medio de la nada, como si yo tuviera sentido de orientación en una ciudad en la que apenas llevo 24 horas.

-No me extrañaría que eso pasara- rió Simon. Es un cretino.

-No me mates por lo que voy a decir, pero creo que cambié de opinión con respecto a él. Es decir, sigue siendo un idiota, pero no un idiota integral.

Simon me miró reprimiendo una sonrisa. -Creo que tendré que internarte en un manicomio.

-No, por favor.- supliqué.- Lo último que necesito el día de hoy es conocer a más gente loca.

Simon soltó algo como un resoplido, y me miró con su habitual sonrisa.

-¿Hacemos algo mañana después de clase? A no ser que tengas otros planes.- preguntó.

-Por supuesto. Acabo de llegar, ¿que pretendes? ¿Que tenga una agenda con miles de salidas programadas y otras cosas para hacer?- contesté em broma.

-Conociéndote, es posible. No vas a tardar en hacer amigos Rose, no eres una chica con complejos. Algo me dice que en Brooklyn verdaderamente tenías una agenda con salidas y planes.- respondió él, repentinamente serio.

-En eso aciertas.- susurré yo, con cierta melancolía. -Extraño todo eso, ¿sabes? En este lugar me siento fuera de sitio. No soy yo.

-Es normal. Ya te acostumbrarás. Además, ya tienes un grupo de gente con la que contar.

-Si, lo sé. Pero sigue sin ser lo mismo.

Me lanzó una mirada suspicaz.           -¿Que quieres decir?

-A ver, no me malinterpretes. Lo pasé muy bien con ustedes esta mañana. Y espero que así continúe. Pero no son las personas con las que solía juntarme.

-Por supuesto que no, esas personas están en Brooklyn.

-Simon, no seas idiota. Hablo del tipo de gente. No son como ellos. No son su estilo. Para nada.

-Ya, gracias.- revoleó los ojos.

-No dije que fuera malo.

-Estás diciendo sutilmente que no somos adecuados para ti.

-Yo no dije eso.

-Pues lo diste a entender.

-Entonces lo entendiste mal.

-Sean te subió la estupidez a la cabeza.

-Ey, no hables así de él.

-¿Lo ves? Ya hasta quedaste enganchada a él.

-No me he enganchado de nadie, imbécil.

-Cretina.

-Celoso.

-¿Celoso?- soltó una risa, pero sonó más como un resoplido.-¿De qué podría estar celoso?

-¿De quién más si no es de él? Es evidente que lo odias. Y no es porque sí. Estás celoso de lo que es, porque sabes que nunca llegarás a ser como él.- esto último lo había aprendido de mi vida en Brooklyn. Yo solía ser aquellas personas a las cuales 3/4 de las personas adoran y tratan de imitar, y otro cuarto al que le caes mal. Y le caes mal por la misma razón por la cual Simon odiaba a Sean. Envidia. Las personas hacen un intento por ser como tú, te copian absolutamente todo. Aquellos a los cuales les resulta imposible conseguirlo, pasan inmediatamente a formar parte del club de quienes te odian. Espero hayan entendido lo que quiero decir. -Y no puedes negarlo, Simon. Se te nota en la cara. Y yo sé darme cuenta de esas cosas.

-No sabes nada de mí.

-Estoy haciendo un intento por saber.

-No deberías hacer ese tipo de suposiciones.

-No son suposiciones, es la verdad. Lo único que falta es que lo niegues. Ni que fuera algo tan malo, Simon. Yo tambien odio a gente.

-Dioses, eres insufrible.

-Gracias, me lo dicen seguido.

-Ya me imagino por qué.- me soltó de frente, y salió del aula.

De más está decir quien se las arregló sola el resto del día.

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hacía muchiiiisimo muchiiiismo que no actualizaba esto. Mil perdones y porfi no me maten.

Supongo que van a querer una explicación. Bueno, aca la tienen:
La imaginación, como sabrán, no crece en los arboles. Y no estuve PARA NADA inspirada en todo el año. Recién ahora es cuando volvi a despertar la creatividad despues de una siesta de medio año o mas. ¿la causa? Mi mejor amigo esta escribiendo una novela de verdad hermosa, y al tirarle tantas ideas para seguirla, me di cuenta de que de verdad todavia puedo pensar con claridad y que en serio extrañaba esto. Asi que, por su culpa básicamente es que estoy volviendo a retomar esta historia con entusiasmo. Gracias agus, te quiero muchisimoo

Nos leemos pronto ;)

No ganas nada con un capricho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora